Es bien sabido que a las nuevas generaciones no nos van las etiquetas. Hemos pasado de vivir en una sociedad que creía únicamente en los sistemas binarios a crear espacios en el medio. Áreas grises donde expresar nuestro verdadero ser y con el que nos sentimos cómodxs. Sistemas híbridos de trabajo, moda genderless sin títulos y vínculos que no son relaciones, sino situaciones. ¿Qué? Sí, ahora veras a qué nos referimos.
Más conocido como ‘situationship’, este tipo de vínculo ha revolucionado la forma en la que se viven las citas en el mundo moderno. Algo a lo que nuestra hermana mayor, tras un breve diagnóstico, catalogaría como ‘el miedo al compromiso, de toda la vida’. Pero, ¿cómo de cierto es eso? ¿Cuánto de ‘miedo’ tiene esta nueva forma en la que construimos nuestras conexiones?
Cómo saber si estás en una ‘situationship’
Según Urban Dictionary, la biblia de las definiciones modernas, una ‘situationship’ se entiende como: “Vamos a relajarnos, tener sexo y confundirnos en el hecho de que no estamos juntos pero tenemos emociones oficiales el uno por el otro.”
Este título, que no tiene intención de ser un título, combina ‘relación’ con ‘situación’, dando como resultado, y traducido al castellano, como ‘estar en una situación’. Dentro de esta dinámica ambas partes acuerdan en verse ocasionalmente, aunque jamás en citas. Hacer planes, pero no darse la mano. Conversar y conectar, pero no presentar a sus amigos, mucho menos a la familia. Este tipo de relaciones, como muchas otras, traen consigo un conjunto de reglas que pueden garantizar – en medida de lo posible – que se viva de forma sana y beneficiosa para ambxs.
1. ¿Citas? Mejor llamémoslo ‘planes’
Los planes esporádicos que surgen cada cierto tiempo (atención: la regularidad de estos planes no está establecida) son más enfocados a lo que fluya. En este tipo de vínculos no hay espacio para las citas planificadas con ubicación, hora y dresscode. De esta forma, el carácter espontáneo se mantiene vivo por sobre el compromiso.
2. Mantener a lxs amigxs al margen
Algo que este tipo de relaciones trata de evitar a toda costa es la intimidad. Conocer a los amigxs de esa persona implicaría adentrarnos en un mundo más grande de lo que se planteó en un inicio.
3. Espontaneidad y más espontaneidad
En las ‘situationships’ los planes son casuales e improvisados. Reservar billetes de avión para un viaje juntos con seis meses (o hasta un mes) de antelación supone un grado de compromiso para el cual, tal vez, ambas partes no se sientan preparadas.
4. Nos vemos... cuando la vida lo quiera
Aquellxs valientes que adoptan esta dinámica pueden acordar en ser exclusivos entre sí, pero entienden que no hay obligaciones de pareja ni un futuro juntxs. El tiempo que comparten, que debe darse en condiciones espontáneas, se da sin la necesidad de considerarse una prioridad en la vida del otrx.
@marisagracee here we go again 🥱
♬ original sound - carlos
Aunque estas son algunas recomendaciones para experimentar este tipo de vínculo sin generar falsas expectativas ni complicaciones, la verdad es que los sentimientos, en muchas ocasiones, no conocen de reglas ni razones. Por ello, la regla de oro es establecer límites con nosotrxs mismxs y saber reconocer cuando algo comienza a afectarnos de manera negativa. Así, también, entender las motivaciones que nos llevan a tomar este estilo de relaciones. Y ojalá la motivación detrás de las ‘situationships’ jamás sea el miedo. Ni miedo al compromiso ni miedo a estar solxs.