La intimidad es uno de los pilares de las relaciones románticas. Y eso no quiere decir que el resto de tipos de relaciones no presenten un poco de intimidad a su manera: simplemente no es una tan profunda y tan constante. Y por eso las parejas tienden a romper cuando esta intimidad desaparece. Porque es como si la relación se hubiese transformado en otra cosa sin ese ingrediente. No obstante, y a pesar de lo que se suele pensar y sentir, la intimidad no pasa únicamente por lo sexual. En realidad existen muchos otros tipos gracias a los cuales, incluso en una época de sequía sexual en pareja, podéis mantener vuestro vínculo romántico bien sólido. Como la escucha activa.
Según explican las expertas de la revista digital Poosh, “una de nuestras necesidades y deseos más profundos es ser escuchados”, por lo que una pareja que se escucha de verdad, que no anda con el móvil en la mano mientras la otra persona expone su historia, que mantiene siempre el contacto visual y no interrumpe ni redirige la conversación, es bastante íntimo y sexy. Y lo mismo ocurre con las palabras de reafirmación como los elogios. “Nos hacen sentir dignos y bien con nosotros mismos, un sentimiento que crea una intimidad entre la persona que hace el cumplido y la persona que lo recibe”. No te guardes tus buenas palabras. Transmítelas para reforzar el vínculo.
Y divertíos juntxs
Al fin y al cabo, hay pocas formas de intimidad tan potentes como la risa conjunta. Ese estar diciendo tonterías sin sentido cada vez más grandes. Ese moriros a carcajadas. Ese crear y conservar chistes internos que solo vosotrxs dos conocéis. Un submundo de coñas particular. Único. Cerrado. Íntimo. Y esto puede extenderse a otras actividades. Según cuentan desde el citado medio, “compartir intereses o mostrar interés en lo que alguien está leyendo, viendo, haciendo o escuchando y en cómo se siente acerca de ello fortalece vuestro vínculo íntimo”. Da igual si te entusiasman sus hobbies o no. Participa un poco de ellos. Entra en su cabeza.
Por último, las especialistas de Poosh ponen en relieve dos formas más de intimidad que pueden equilibrar la balanza cuando el sexo no está presente. Por un lado, el afecto. No, no estáis follando ni lamiéndoos como antaño, pero podéis seguir abrazándoos, besándoos, acariciándoos mientras veis una serie o haciéndoos un masaje de vez en cuando. Formáis parte de las sensaciones corporales de la otra parte. La piel de la otra persona no os olvida. Y por otro lado, el silencio. Sí, “lo creas o no, el simple hecho de estar presentes en compañía del otro sin tener que llenar el silencio demuestra que estáis conectados a un nivel que va más allá de las palabras.