La razón por la que si teletrabajas tienes más probabilidades de ser despedido

Ah, y menos probabilidades de recibir un ascenso

¿Eres de quienes se lo gozan teletrabajando desde casa? ¿De esa gente que preferiría que le cortasen una pierna antes que tener que volver a la oficina todos los malditos días de la semana? Pues deberías saber una cosa: según cuentan en Business Insider, medio digital especializado en el mundo profesional, “si tu empresa va a despedir a alguien, lo más probable es que el hecho de que trabajes desde casa no sea el único factor que decida tu despido, pero muchas empresas que han despedido recientemente a gente han hecho saber que los empleados que a ojos de los superiores existen como seres sin rostro en una pantalla de ordenador tienen más posibilidades de recibir una carta de despido”.

El motivo no está del todo claro. Hay quienes piensan que lxs empresarixs, que han recuperado poder en la relación con los trabajadores tras la crisis pandémica, quieren forzar la situación para que todxs volvamos a la oficina. “No es una novedad: las grandes empresas, desde Google a Amazon, pasando por Goldman Sachs, llevan meses aumentando la presión para que vuelvan a sus puestos de trabajo”. Algo así como sí, lo del teletrabajo ha estado muy bonito, pero vuelve a tu cubículo de oficina. La otra teoría es menos maquiavélica: la empatía es menor con personas que no están físicamente a tu alrededor y lxs encargadxs de lxs despidxs son a fin de cuentas tan humanxs como cualquiera.

Más dificultades para ascender

Pero tu amor al teletrabajo no afecta únicamente a tus probabilidades de ser despedidx. Como señala el economista de Stanford Nick Bloom, experto en el estudio del marco del teletrabajo, en dicha publicación en Business Insider, dos experimentos científicos han demostrado ya que trabajar desde casa cuatro días a la semana reduce las probabilidades de ascenso en un 50%. Además, parece ser que lxs jefxs suelen olvidarse más a menudo de lxs empleadxs que teletrabajan cuando se trata de asignar tareas. Y esto puede sonar bien porque significa menos curro, pero a la larga te va volviendo más y más prescindible. Es, dice Bloom, consecuencia del llamado sesgo de proximidad.

De manera deliberada, como efecto colateral de un sesgo cognitivo o por combinación de ambas, la cosa está funcionando para las empresas: la tasa de ocupación de las oficinas ha aumentado en los últimos tiempos. ¿Significa eso que debas resignarte y abandonar la comodidad que te proporciona el teletrabajo? No necesariamente. Una estrategia para compensar esta circunstancia es volverte más proactivo y hacer que la gente que está en la oficina sepa de tu existencia y de tu trabajo constante. Hacerte notar, vaya. Preferiblemente a través de la calidad de tu curro, pero también humanamente. “Quizás así sientan una punzada de culpabilidad” al pensar en despedirte.