Hace 50 años la palabra “divorciada” tenía una connotación negativa. Al decir esta palabra se pensaba en una mujer amargada, triste y vieja. Ahora es todo lo contrario y esto es gracia a los zeta y los millennials. Ahora una “divorciada” es vista como una mujer empoderada, una loba que no se deja pisar por nada ni por nadie. Vamos, Shakira y Sofía Vergara como dos grandes exponentes de este concepto. Guapas, exitosas y sin tiempo para tonterías.
En redes cada vez es más común ver como se usa esta palabra como un símbolo de haber tomado las riendas de tu propia vida, liberándose de convenciones obsoletas y abrazando su autenticidad sin reservas. En este nuevo contexto, ser una “divorciada” es algo más que un simple estado civil; es una afirmación de la individualidad y la libertad personal. Se trata de priorizar el autocuidado y disfrutar de la vida sin sentir culpa ni restricciones.
Resignificación del término
Ahora bien, ¿de dónde sale este giro copernicano respecto a la percepción de la palabra “divorciada”? Se debe a una mezcla de cosas: el auge del feminismo, las referencias culturales y las redes sociales. Una de las grandes conquistas del feminismo ha sido resignificar conceptos. Al igual que ha pasado con la palabra “zorra” (que ahora se ha reapropiado en la canción de Nebulosa), “divorciada” también se ha transformado.
Después están los referentes culturales y sociales. Por un lado, cada vez es más común el divorcio en la sociedad y más personas vienen de familias donde sus padres están divorciados. Nada mejor que el concepto de “mama luchona”.
El divorcio ya no es un tabú. Además, el divorcio también se ha convertido en algo muy común entre las celebridades: Angelina Jolie, Shakira o Sofía Vergara. Es cierto que algunas estrellas no han querido convertirlo en parte de su marca, pero otras sí y lo han lucido como algo del que estar orgullosa.
Todo esto ha hecho que las generaciones más jóvenes, especialmente lxs Z, hayan empezado a utilizar como un elogio. No vamos a negar que el humor también ha jugado un papel importante en esta resignificación. La ironía y la comicidad son una de las mejores herramientas para desmontar la negatividad en este contexto, ya que ayudan a hacer frente a las dificultades y reivindicar el derecho a la felicidad y la autenticidad. Así pues, si la próxima vez te dicen que eres una “divorciada” tómatelo bien, quiere decir que has tomado las riendas de tu vida.