Son muchos los países del mundo con una historia oscura alrededor del ultraderechismo, pero probablemente ninguno como Alemania. Sí, el partido nacionalsocialista liderado por Adolf Hitler, uno de los personajes más terribles de la historia de la humanidad, era de derechas, por mucho que Alice Weilder, líder del partido extremista Alternativa por Alemania, diga lo contrario para intentar lavar como sea la imagen del movimiento neofascista. Por eso es tan triste comprobar cómo el apoyo a la ultraderecha crece en el país donde ese mismo movimiento llevó a cabo algunas de las mayores atrocidades registradas. Pero buena parte de la población sí que está saliendo a las calles a protestar.
En concreto, y según estimaciones de la policía alemana, la manifestación contra la extrema derecha que tuvo lugar el pasado domingo en la capital del país, Berlín, reunió a más de 160.000 personas. Gente que tiene memoria histórica. Gente que sabe que la ultraderecha nunca tiene aspecto de lobo hasta que llega al poder y se quita el disfraz de golpe. Gente que no puede imaginar un mundo en el que el individualismo, la privatización, la falta de redistribución de la riqueza y la intolerancia sean los grandes pilares. Gente que tiene mucho miedo de lo que pueda pasar en las próximas elecciones generales que tendrán lugar el próximo 23 de febrero. De que vuelva la historia más negra. Pero no solo eso.
Un modus politicus basado en tirar cada vez más hacia la derecha
Esas decenas de miles de personas también se echaron a las calles para protestar contra la actitud de algunos de los demás partidos del parlamento alemán, que andan aliándose con Alternativa por Alemania para sacar adelante propuestas muy derechizadas como la nueva resolución contra la inmigración irregular. Adiós a la reagrupación familiar. Hola mayor poder para la policía frente a estas personas en situación de vulnerabilidad. Un comportamiento que consideran indecente. Un modus politicus basado en tirar cada vez más hacia la derecha para seguir en el poder. Por eso la manifestación se llamó Levantamiento de los decentes. Manifestación por el cortafuegos.
Porque lo que le están pidiendo al resto de agrupaciones políticas, y a la sociedad en general, es que sean decentes y se alejen de un partido al que la dignidad humana le importa solo si cumples ciertos requisitos. Un partido, el de Alice Weilder, que no tiene reparos en propagar el odio a los cuatro vientos. En palabras del publicista Michel Friedman, que abandonó recientemente el partido CDU por pactar precisamente con la ultraderecha, “el odio no está amparado por la libertad de expresión” y el “odio es violencia”. Se espera que las protestas continúen en las semanas venideras. Es un momento clave para Alemania, sí, pero también para Europa y para el mundo entero.