No hagas caso a la ultraderecha alemana: Hitler no era comunista

Necesitan reescribir el pasado para tratar de desligarse del dolor que provocaron entonces

La memoria es el gran enemigo de la ultraderecha. Al fin y al cabo, y con un libro de historia entre las manos, las consecuencias de que estos partidos retrógrados gobiernen están muy claras: dictaduras, recortes masivos de derechos, empobrecimiento de la población y, en algunos casos, auténticos genocidios. De ahí que la nueva extrema derecha, la que parece estar expandiéndose peligrosamente por todo el planeta, intente desligarse de ese pasado condenatorio de la manera que sea. Incluso con mentiras descaradísimas: en una entrevista con Elon Musk, Alice Weidel, candidata a canciller de la formación ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), afirmó que Hitler fue comunista.

En concreto, y sin ningún tipo de pudor, dijo que “el mayor éxito después de esta terrible época de nuestra historia fue etiquetar a Adolf Hitler de derechista y conservador”, ya que, según ella, “él era exactamente lo contrario: era socialista-comunista”. Unas declaraciones que no se sostienen por ningún lado. Primero, porque las políticas del dictador tenían bastante poco de socialistas. Sí, su partido se llamaba Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, pero buena parte de su industria privada nunca fue nacionalizada, permitió la competencia empresarial y mantuvo la propiedad privada. Y muchas compañías prosperaron con mano de obra esclava de los campos de concentración.

Nada de eso tiene aroma comunista

Pero hay otra razón más allá de las políticas por las que las palabras de Weidel resultan tan falsas: lxs partidarixs del comunismo fueron perseguidxs sin descanso durante el Tercer Reich. En palabras del historiador Uld Thoene, “comunistas, homosexuales, católicos y judíos quedaron excluidos de políticas sociales como el pago de subsidios familiares por cada hijo, la consolidación y expansión del sistema de pensiones públicas y el fortalecimiento de la salud pública”. Etiquetar a Hitler de comunista para intentar ganar las elecciones presidenciales es una deslealtad hacia las víctimas de aquella maquinaria de discriminación social.

Y de propaganda. De hecho, y por si aún te quedaba alguna duda, por si Weidel había sembrado la más mínima sombra de duda en tu cabeza, el propio Hitler escribió en Mi lucha que “convertir al comunista es la tarea del Movimiento Nacionalsocialista”. Las pruebas están ahí. La historia habla. Pero el altavoz que tiene esta gente, con Elon Musk como principal baluarte, hace que sus mentiras lleguen muy lejos. Algo preocupante. Sobre todo cuando tenemos en cuenta que Alternativa para Alemania cuenta con un programa basado en cierre de fronteras, expulsión de migrantes, servicio militar obligatorio y salida del euro. Recordemos el pasado para proteger el futuro.