El 44,5% de las víctimas de violencia sexual en España son menores

Y el 82% de esxs menores son niñas y adolescentes

Lo decimos aunque sobre decirlo: no hay una buena edad para ser víctima de violencia sexual. Con 15, con 30, con 53 o con 67, es siempre un episodio traumático con graves consecuencias psicológicas y emocionales. No obstante, la realidad es que el cerebro de lxs adolescentes se encuentra aún en fase de desarrollo y experiencias como esa pueden dejar huellas incluso más profundas. Por eso resultan tan preocupantes los datos que refleja el Ministerio de Interior de España en su informe Delitos contra la libertad sexual de 2022: el 44,5% de las 18.731 denuncias interpuestas ese año por violencia sexual en España tenían como víctima a una persona menor de edad.

Generalmente una mujer: el 82% de esas 8.337 víctimas que denunciaron eran niñas o adolescentes. Y el 97% de los agresores en estos delitos eran hombres. ¿Te sorprende? ¿Piensas que las nuevas generaciones son ultrafeministas y defienden la libertad sexual con bastante más fuerza que las generaciones previas? La realidad resulta tan sorprendente como triste. Según el estudio Radiografía intergeneracional de la desigualdad de género, realizado por la agencia de investigación 40dB, la distancia que separa a mujeres y hombres en su grado de feminismo aumenta conforme avanzamos en generaciones. La zeta es la más enfrentada de las estudiadas. Increíble.

La violencia en grupo: el caso de nuevas “manadas”

Y hay más datos preocupantes. Entre ellos, apunta Nathalie Soriano, directora del Máster Universitario en Criminología: Delincuencia y Victimología de la Universidad Internacional de Valencia, que “la violencia sexual en la adolescencia cometida en grupo ha sufrido un incremento desde el año 2016 hasta el año 2022, identificando un descenso en el año 2020 por el confinamiento sanitario domiciliario”.

Las manadas adolescentes se multiplican y su víctima tipo es una mujer de unos 15 años. En palabras de la propia Soriano, “se verifica que ser mujer [y joven] se configura como un factor de riesgo para sufrir una victimización sexual de cualquier índole”.¿Las razones que explican este panorama? Según la autora, la falta de una educación sexual centrada en el consentimiento y el deseo mutuo, el consumo de pornografía cada vez a edades más tempranas y una sexualidad aún no liberada de los estereotipos de género son algunas de las más probables. Por otro lado, cabe la posibilidad de que no esté produciéndose ningún incremento y que simplemente ahora las niñas y adolescentes encuentren más apoyo social a la hora de denunciar. En cualquier caso, y mientras se produzca un solo caso, tenemos mucho trabajo por delante como sociedad. Tú. Nosotras. Y todxs. La responsabilidad es colectiva.