Ya se sabe que cada cultura es un mundo, pero el sentido de la responsabilidad que tienen en Japón es cosa de otro planeta. Uno de los aspectos que más suelen destacar de la cultura nipona es la obediencia que sus ciudadanos tienen hacia lo que se consideran las normas morales del país. Este es un buen ejemplo de su compromiso con el buen hacer de las cosas.
Los hechos ocurrieron en Hyogo (Japón), donde un hombre de 59 años, director de una escuela secundaria, urdió silenciosamente un plan de ahorro que, sin quererlo, le llevaría a perder su trabajo. De hecho, seguro que nunca imaginó lo caro que le podría salir ese café matutino.
Según el medio ‘SoraNews24’, el hombre solía ir siempre a una tienda en busca de su café. Allí había una máquina de autoservicio con diferentes clases de bebida y el protagonista solía pagar 110 yenes (unos 70 céntimos de euro) por un café normal.
La “trampa” vino después, cuando en alguna ocasión pasó por caja y pagó un café mediano, pero luego en el autoservicio se echaba uno grande que vale 180 yenes (1,10 euros, aproximadamente).
Las consecuencias por “robar”
Tras ser pillado por un trabajador del establecimiento, este llamó a la policía para informar de lo sucedido. El hombre fue interrogado por las autoridades policiales y finalmente lo dejaron en libertad. Pero la historia no acaba ahí.
Poco después, la noticia llegó a oídos de la Junta de Educación de la Prefectura de Hyogo. La institución citó al protagonista de estos hechos y, tras un nuevo interrogatorio, el hombre confesó que lo había hecho siete veces más. Por lo tanto, en total, admitió haber estafado un total de 490 yenes (poco más de tres euros).
Después de analizar el caso con detalle, finalmente la Junta decidió el pasado 30 de enero que este hombre había cometido una “falta grave impropia de un trabajador público del sector educativo” y dictó su despido disciplinario.
En las últimas semanas, diferentes medios internacionales han dado bombo a la noticia y las redes sociales se han llenado de comentarios acerca de este pequeño “manipulador”. Muchas personas se quejan de que el castigo es desmedido en comparación con los hechos. Eso sí, lo que no sabemos es qué pensara este hombre, ya que su identidad se ha mantenido en secreto.