¿Vergüenza a estar desnudo? Así puedes lidiar con ella

¿Pareja de calidad? Habla con ella. ¿Pareja de mierda que te machaca? Déjala atrás

La culpa no es de tu cuerpo. Da igual si tienes el culo de esta o de aquella manera, si tus piernas son muy delgaditas o gruesas o si tu pene o tu vagina es de este o de aquel color. No es un problema objetivo. No hay nada en él por lo que no seas follable. El problema es claramente social: existen unos cánones de belleza muy concretos que hacen que cualquier desviación parezca un fallo. Algunas personas son inmunes a ellos y viven orgullosas de su cuerpo. Otras, por circunstancias psicológicas o culturales, los asimilan muy profundamente y sufren por algo por lo que no deberían sufrir. Hasta el punto de sentir vergüenza por desnudarse a la hora de follar. ¿A ti también te ocurre?

En uno de los últimos programas de Upeka, presentado por Anne Igartiburu y en el que colaboran profesionales como la psicóloga Silvia Congost, la periodista Raquel Mascaraque o la influencer Vai, hablaron precisamente sobre esta sensación y la mejor manera de abordarla en pareja: compartiéndolo con la otra persona. En palabras de la propia Igartiburu, “deberíamos tener la confianza para decir ‘oye, me pasa esto, ¿me ayudas’”, porque “cuando se rompe ese hielo se crea un vínculo de afecto muchísimo más bonito”. No es una batalla que tengas que lidiar solx. A tu pareja le encanta tu cuerpo. Lo disfruta como nadie. Puede ayudarte a valorarlo como se merece.

Debes y puedes sentirte vulnerable

No obstante, y tristemente, algunas parejas no tienen la calidad humana que deberían tener. Como señalaba Vai durante el programa, “hay veces que las parejas son las que más machacan”. Las que señalan tus imperfecciones. Las que te presionan para cambiar partes de ti que no tendrías por qué cambiar. Si te encuentras en una situación así, si tu vergüenza por desnudo proviene precisamente de las palabras de tu pareja o se ha visto potenciada por las mismas, plantéate salir de esa relación. Como dice Silvia Congost, “tienes que quedarte con la persona con la que sientes que puedes mostrarle esa parte vulnerable y que la abraza y te da seguridad”. Alguien real.

La sociedad superficial en la que vives ya juega en contra de la aceptación de tu cuerpo. Los anuncios publicitarios. La moda. El porno. No hay necesidad de añadir una fuente de vergüenza más a tu vida. Y menos una que tiene el privilegio (sí, es un privilegio) de verte desnudx día tras día. Al final, y por más que a veces nos comamos la movie de la industria porno, el disfrute del sexo no va de nalgas duras, labios prominentes y espaldas anchas. Va de intimidad. Va de confianza. Va de comodidad. Es imposible correrse pensando constantemente en meter tripa o parecer más musculoso. La mente necesita tranquilidad para alcanzar el clímax. Que le den a quien te la roba.