Follar tiene un beneficio claro: es muy divertido. Es lo que te impulsa a desearlo. Pero el sexo entre dos personas tiene en realidad un impacto mucho más profundo en el vínculo que tienen. Especialmente el postsexo. Como explica la experta Jourdan Travers en una publicación para Psychology Today, “la forma en la que tú y tu pareja pasáis tiempo juntos después del sexo puede determinar tu satisfacción general tanto con la experiencia sexual como con la relación en general”. Algo que no ocurre exclusivamente en las relaciones románticas a largo plazo: este fenómeno es tan potente que tiene lugar incluso en los encuentros sexuales esporádicos. El cuidado postsexo es clave.
¿Pero cómo ponerlo en práctica? Una estrategia consiste en sintonizarte con cómo te sientes. Si has llegado al orgasmo, probablemente estés en una especie de nube de endorfinas, pero intenta ir más allá: ¿Tienes algún calambre? ¿Necesitas un masaje? ¿Te sientes vulnerable? ¿Estás hambrientx? ¿Alguna parte de la sesión sexual te ha generado una contradicción interna o algún tipo de emoción negativa? En palabras de la especialista, “comprender cómo te sientes puede facilitar el inicio de una conversación al respecto o sugerir una actividad que tú y tu pareja podáis hacer juntos”. Puede llevarte al abrazo, el debate, el silencio o la petición de comida online que necesitas.
Eso es cuidado
Tanto de tus necesidades como de las suyas, pues obviamente también debes escucharle para entender cómo se siente y qué requiere en ese preciso momento. Esa es precisamente la otra estrategia que Travers quiere que pongas en práctica: hacer espacio para que tu pareja se exprese. Después de todo, la disforia poscoital, ese sentimiento de tristeza o irritabilidad tras el sexo, es experimentada por un 46% de las mujeres y un 40% de los hombres. Unas emociones que pueden enquistarse si no son abordadas. Preguntarle cómo se siente tras follar, con un interés genuino, una mente libre de juicios y una pizca de sentido del humor, puede ser un factor diferencial.
En muchas ocasiones, esa disforia poscoital viene motivada por una frustración performativa, es decir, la sensación interna de no haber estado muy bien en la cama. En este sentido, escucharle, legitimar sus sentimientos y “aprovechar ese tiempo para tranquilizarle y felicitarle puede ser muy útil” tanto para su estado de ánimo como para la relación en general. El sexo es caótico. Mezcla muchas sensaciones, muchas emociones, muchos deseos y muchos valores. Y a algunas personas, puedes ser tú, tu pareja o ambos, les deja pequeñas secuelas. Dedicaros tiempo postsexo para veros, apoyaros y divertiros es la única manera de repararlas. Olvidaos de perderos cada uno en su móvil.