El ‘ayuno sexual’ o el truco para mejorar tus relaciones íntimas

Hay varias personas reconocidas como Travis Baker o Andrew Garfield que la han probado y parece que los resultados son positivos

Seguramente habrás escuchado alguna vez eso de que si te pasas un tiempo sin probar algo, luego te sabe mejor. La realidad no está nada lejos de esta afirmación y, si necesitas un ejemplo, puedes pensar rápidamente en lo bien que te sienta ese primer baño en el mar después de pegarte todo el invierno bajo varias capas de ropa y mirando al horizonte deseando que llegue el buen tiempo. La vida va un poco de eso, de encontrar el equilibrio y de saborear bien cada uno de los instantes. Lo mismo ocurre en el ámbito sexual y es aquí donde nace el llamado ‘ayuno sexual’, ¿cómo puede ayudarnos hacer un parón en la intimidad? Resulta que tiene ciertos beneficios.

De qué estamos hablando

Tal y como explican desde la revista Men’s Health, “los defensores del ayuno sexual aseguran que podría aumentar tu libido, ayudarte a durar más en la cama y, potencialmente, incluso promover orgasmos más intensos”. Todo suena bastante bien pero la revista, aún así, expresa con rotundidad que no existe ninguna prueba científica que respalde esto. No obstante sí hay expertos que pueden opinar. Porque de esos nunca faltan en el mundo.

Quienes hablan sobre este tema, primero explican de qué se trata y, tal como su nombre indica, el ‘ayuno sexual’ consiste en parar intencionadamente cualquier actividad sexual pero, ojo, no para siempre sino durante un tiempo determinado. Desde la misma revista explican que la sexóloga Alice Child detalla que “la duración de un ‘ayuno sexual’ puede variar desde semanas hasta meses y todo es en función de lo que se quiera conseguir”.

Motivos para decidir si hacerlo o no

De momento, los beneficios que se nombran no suenan nada mal pero ¿qué otros motivos hay detrás del ‘ayuno sexual’? Según el medio, hay quienes “pueden estar buscando un reseteo físico y emocional (...) porque un descanso de la actividad sexual puede darte una nueva perspectiva y permitirte reevaluar patrones sexuales poco saludables”. Ahora bien, existe muchos más. Destacaríamos, por ejemplo, si has vivido una situación traumática, lo más normal sería que te dieras el permiso de parar hasta que sanes tus heridas.

Otro caso podría ser que, si te dieras cuenta que esta actividad te resta en otros ámbitos de la vida, sería una buena idea hacer un ‘ayuno sexual’. Y encontramos otro que es más usual de lo que imaginamos: solo puedes conectar con tu pareja a ese nivel pero no en un ámbito más emocional. A veces ocurre, las relaciones de pareja cruzan laberintos complejos y, cuando ciertas bases se solidifican, es complicado salir de ahí. Desde aquí no nos cansaremos de decirlo: la comunicación os ayudará a superar estos obstáculos. Quizás ocurra que eso no es una opción en tu relación y si no lo es o bien te toca salir de ahí o bien hacen falta herramientas como estas que te contamos aquí.

Cómo practicarlo

El ‘ayuno sexual’ puede realizarse con o sin pareja. Si vives una potencial soltería y te has dado cuenta que lo del sexo se te está yendo de las manos o bien no terminas de conectar con nadie o bien buscas tener más tiempo para ti, puedes decidir frenar durante el tiempo que consideres. Si tienes pareja, tal y como decíamos anteriormente, lo mejor es comunicarlo, lo puedes plantear como una solución a vuestros problemas o cómo fórmula para probar algo nuevo y diferente. Hay que tener cierto cuidado (siempre hay que tenerlo, ¿vale?) con cómo se dicen las cosas, ya que puede ser un tema que resulte confuso para la otra persona si no es bien explicado.

Si lo que te pasa es que el deseo sexual por tu pareja ha disminuido, algo que es perfectamente normal después de un tiempo, comunícate con palabras cariñosas, mostrándote vulnerable y diciéndole, en caso de que así sea, que no tiene que ver con esa persona, sino que tiene que ver con la erosión que tienen, a veces, las relaciones a largo plazo. En estos casos podéis probar el ‘ayuno sexual’ o también probar nuevas posturas, nuevos retos, usar juguetes... Hay un sinfín de fórmulas para reencender la pasión.