Después de una ruptura acabas hechx polvx. Sobre todo los primeros meses cuando aún estás en la fase de duelo y aceptación. Pero después llega esa maravillosa etapa que es la ira y la superación. Desmitificas a tu expareja y decides aprovechar esa energía de rechazo en reinventarte a ti mismx. Vamos, es la típica fase en la que decides apuntarte al gym para que así la otra persona vea lo que ha perdido. Es la revenge era.
La revenge era siempre va ligada a esa fase de rabia en la que no puedes parar de pensar que no te merecías lo que pasó y que peor para esa persona. Es el momento en el que decides “vengarte” de tu ex, sintiendo una energía de cambio muy fuerte dentro de ti. Esta energía, si la sabes usar bien, puede ser un filón para dar un cambio a tu vida (siempre que no sobrepase lo tóxico, ahora verás a qué nos referimos).
No sobrepases ciertos límites
El problema es que a veces ese deseo de “venganza” nos puede jugar a la contra, porque al final seguimos actuando teniendo a esa persona como prioridad en nuestros pensamientos. Por lo que puede que acabemos haciendo cosas que realmente no queríamos solo para “joder” a la otra persona.
Aquí entra el clásico sexo de venganza, esa período en el que a pesar de que tampoco te venga mucho de gusto follar, empiezas a tirarte todo lo que se mueve. Solo para tener el pensamiento interno de “jódete ahora me he follado a todos estxs”, pero en el fondo eso tampoco te hace sentir mejor. Y el objetivo precisamente es pasar página y sentirte mejor.
Retoma todo eso que te hace sentir bien
Para eso, una buena manera de entrar en la revenge era es hacer una lista de las cosas que te gustaría cambiar de ti o las que quieres recuperar. Cuando entramos en una relación muchas veces hay cosas que quedan más en un segundo plano, ya que (a veces) acabas dedicando más tiempo a tu pareja. Por lo que puede ser un buen momento para recuperar esas aficiones o relaciones que quedaron más aparcadas. Toda la energía que tenías que dedicar a la relación ahora la puedes enfocar en ti.
La clave está en tener claro que no hay mejor venganza que ser feliz. Superar la historia y seguir con tu camino haciendo las cosas que tú quieres y que realmente te hagan sentir bien. Que esa persona ya haya desparecido de tus pensamientos y que ni siquiera le dediques un segundo cuando tomes cualquier decisión.