¿Loki o Thor? Esta es la razón que explica por qué nos gusta más uno que otro

Aunque ambos tienen sus puntos fuertes y sus puntos débiles, hay una razón que explica por qué uno tiene más fama que otro entre el público femenino

Cada cierto tiempo en Twitter o en TikTok ser reabre el mismo debate, y la respuesta que gana por goleada siempre es la misma: Loki es más atractivo que Thor, según las mujeres. Sí, Thor, con su melena rubia y sus músculos, queda desbancado por Loki, que tiene mucho menos marcados los bíceps y no tiene un rostro de pasarela.

Esta reacción hace que muchas personas (hombres) se pregunten cómo esto es posible. Sobre todo teniendo en cuenta que ellos son los primeros que consideran que Thor es mucho más guapo y atractivo que Loki. De hecho, cuando están en el gimnasio, muy probablemente aspiren a obtener los mismos pectorales que Thor.

La respuesta a este supuesto desviamiento de la atención se debe a lo que se conoce como la “male gaze”, es decir, la mirada masculina a partir de la cual son construidos los personajes en las películas y series.

Así influye la mirada masculina

Muchas veces se ha hablado de cómo influye la mirada masculina a la hora de crear personajes femeninos, cayendo siempre en los mismos patrones típicos y aburridos. Pero pocas veces se ha hablado de cómo afecta también a la construcción de los personajes masculinos.

Thor está construido a través del “male gaze”. Es el ideal que de cómo debe ser un hombre visto desde la masculinidad hegemónica: tiene que ser rubio, fuerte, guapo, con todos los músculos bien marcados. En cambio, Loki, que no cumple estos cánones, resulta 20.000 veces más atractivo a las mujeres. El motivo es su personalidad. El personaje de Loki está mucho más trabajado que el de Thor, tiene carisma y juega con el hecho que, a veces, es mala persona, pero tiene su buen fondo. Tiene grises como todo el mundo.

Así pues, Thor se construye como el ejemplo de cómo debe de ser un hombre atractivo desde la mirada masculina, obviando una vez más lo que realmente puede parecer atractivo o no a las mujeres. Es en ese momento cuando todos cortocircuitan cuando hay muchas más admiradoras de Loki que de Thor. Otro ejemplo podría ser Harry Styles, que tampoco está fuerte ni es guapísimo al uso, pero tiene carisma.

El “male gaze” al final sigue siendo una construcción social que no solo ejerce presión sobre cómo debe ser la mujer ideal, sino que también lo hace sobre los mismos hombres. Además, muchas veces obvia lo que realmente le gusta al público femenino cuando se trata de series y películas.