Sabemos lo importante que es tener un trabajo donde además de pagarnos un sueldo decente podamos sentirnos a gusto. Cada vez más, las generaciones jóvenes tenemos límites claros de lo que no podemos permitirles a nuestros jefes. Es cierto que nuestra identidad va muy ligada a nuestra profesión, pero muchas veces es mejor saber huir a tiempo de un trabajo a pesar de que sea una empresa prestigiosa.
Y es que a la larga, quedarte en un puesto de trabajo tóxico puede tener un gran impacto en tu salud mental.
Una de las mayores alertas a tener en cuenta es cuando empiezan diciéndote que en el curro sois todxs “una gran familia”, pero lo hacen para exigirte más de la cuenta. Y es que las familias también pueden ser tóxicas. Normalmente este tipo de expresiones se utilizan para desdibujar los límites de lo profesional y lo personal y poder exigirte más, sin que te lo retribuyan como es debido. Si te empiezan a pedir horas extra sin pagar, o exigencias laborales que no te corresponden, mal asunto.
Otra “red flag” que demuestra que tu ambiente laboral es tóxico es si tus jefes hacen bromas de mal gusto sobre algún compañero o exempleado que no está presente. Si tienen el valor de opinar de alguien cuando no está ahí, quién te asegura que la próxima persona no vas a ser tú. Y ya ni hablar de cuando esas bromas de mal gusto incluyen comentarios racistas u homófobos. El impacto de tener que aguantar este tipo de comentarios puede ser muy desgastante a la larga.
Quizá antes había una ventaja cuando no existían los móviles e internet, y es que al menos, cuando la gente salía del trabajo no tenía por qué estar aguantando mensajes y correos constantes hasta las 12 de la noche. Créeme que estás ante una gran “red flag” si tus jefes te siguen mandando trabajo y molestándote después de tu horario laboral.
La poca flexibilidad y las viejas dinámicas
Estás en un ambiente de trabajo tóxico si la tónica es la inflexibilidad y la falta de empatía. Uno de estos casos puede ser cuando te exigen presencialidad total porque no confían en que puedas hacer bien tu trabajo desde casa. Los liderazgos tradicionales con viejas formas y poca capacidad de cambio terminan desgastando al equipo.
El mejor termómetro será si cuando te levantas para ir a trabajar sientes angustia o tranquilidad. Es normal sentirnos desmotivados o que nuestro trabajo no nos emocione tanto. Pero hay una diferencia entre un trabajo aburrido y otro en el que los abusos y las viejas dinámicas te generan angustia, ansiedad y un malestar que si se prolonga puede tener consecuencias en tu salud mental.