Cuidado con compartir demasiadas cosas personales en el trabajo

Pero tampoco te conviertas en un cíborg: ábrete paulatinamente a quien consideres digno de tu confianza

Para ti la transparencia es lo más normal del mundo. Tu seña de identidad. Algo de lo que no te gusta desprenderte porque valoras muchísimo en las demás personas. Y en la mayoría de ámbitos de la vida suele ser bueno: demuestra autoconfianza, transmite carisma y ayuda a que tus vínculos sociales se fortalezcan. No obstante, y según cuenta la especialista Cheryl Hanson, directiva de la empresa estadounidense Insperity, en una publicación de la sección Business de la Fox, ser demasiado transparente en el lugar de trabajo, ya sea con tus compañerxs, tus jefxs o ambxs, puede tener consecuencias muy negativas para tu carrera profesional a largo plazo. Es mejor controlarse un poquito.

En primer lugar por tu rendimiento. Como apuntan desde dicho medio, “es posible que los empleados que regularmente comparten bastante no estén dedicando suficiente tiempo y energía mental a sus trabajos”. Estás a otra cosa. Estás pensando cómo vas a contarle a tu compañerx lo inverosímil que fue tu cita Tinder de ayer. Y esas pequeñas distracciones terminan notándose tarde o temprano. Especialmente si tus batallitas acaban distrayendo a lxs demás y afectando negativamente a la productividad de tu equipo. De hecho, y esta es otra penalización de ser demasiado explícitx sobre tu vida personal en el curro, muchxs compis pueden terminar viéndote como alguien poco profesional.

Cuidado con abrirte demasiado

Además, también debes tener en cuenta, sobre todo cuando comienzas en un nuevo trabajo y tienes la tentación de abrirte rápidamente como sueles hacer siempre, que quizás algunxs de tus compañerxs o de tus jefxs no esté de acuerdo con algunas de las cosas que cuentas: no se ríen con tu trastada del sábado, no comulgan con tus opiniones políticas o directamente no entienden tu rollo. En casos así, y aunque intenten que no les influya nada de eso en la manera en la que te valoran profesionalmente, seguramente les influya. Y, poniéndonos en lo peor, que es un poco agorero, pero para nada imposible, puede pasar que algún compañero aproveche la info que le das para putearte.

Ah, y no olvides que lo que para una persona extrovertida como tú es un compartir inocente puede ser interpretado por otra persona como acoso según la movida de la que hables. Cuidado con algunos temas hasta conocer de qué palo va cada compañerx. No tienes por qué contarle a la persona que se sienta en el escritorio de al lado que ayer estabas tan aburridx que te hiciste dos pajas. Es sentido común. Pero por si acaso. Dicho esto, tampoco te conviertas en un robot laboral. Las relaciones sociales dentro del trabajo son sanas y fortalecen asimismo vuestra fuerza como colectivo. Simplemente constrúyelas con un ritmo muy tranquilo y precavido. Pero muy tranquilo y precavido.