Hay algo irremediablemente atractivo en el carisma. Las personas que lo proyectan tienen un electromagnetismo muy potente que hace que quieras mantenerte cerca de ellas todo el tiempo. Aunque no sepas exactamente por qué. Si tuvieras que contestar, dirías que es una cuestión de sentido del humor, inteligencia y simpatía. Probablemente una mezcla. Pero lo cierto es que, si lo piensas bien, no todas las personas carismáticas que conoces poseen esas cualidades. Al menos no todas. Entonces, ¿cuál es el componente clave del carisma? Pues la velocidad mental, según cuenta el autor especializado en neurociencia Nick Morgan en una publicación para Psychology Today.
Una realidad que conocemos gracias a una investigación publicada por la Association for Psychological Science. Como dice el propio Morgan, la misma “muestra que es la agilidad mental lo que aumenta la percepción de carisma por parte de los demás”, lo que conlleva que “cuanto más rápido respondas en el momento más carismático serás”. Y spoiler: lxs científicxs no comprenden muy bien a qué se debe esto, pero la teoría más popular es que tiene que ver con la idea generalizada de la genialidad. Vemos a lxs genixs como personas innatamente brillantes que no necesitan esforzarse, de ahí que la respuesta ingeniosa rápida sea percibida como un acto de genialidad y de carisma.
Debes centrarte mucho en lo que está pasando
Además, dice este especialista, la velocidad mental también requiere mucha concentración en el momento presente y en lo que se tienen entre manos, mucha atención a lo que sucede alrededor. “La persona que está enfocada en el tema de una manera que otros no lo están puede responder más rápidamente porque no está vagando mentalmente por otra madriguera de conejo”. Y eso le permite tomar decisiones más acertadas en menos tiempo. Ahora teletranspórtate 50.000 años atrás y piensa a qué persona de la tribu proporcionarías su liderazgo. ¿A la que está focus en el entorno o a la que está divagando pensando en las formas de las llamas de la hoguera? La respuesta está muy clara.
En ese sentido, y siempre según las teorías de este autor, los seres humanos hemos evolucionado para notar inmediatamente esa rapidez mental y admirarla como algo que puede ayudarnos a sobrevivir. La pregunta clave aquí es: ¿puedes entrenar esa velocidad mental o es algo con lo que se viene o no de serie? La realidad es que sí que puedes. Para ello, dice Morgan, debes entrenar tu capacidad de atención y ser capaz de acallar la cháchara mental que te distrae tan habitualmente. Esto conlleva además desarrollar la habilidad de escuchar y centrarte en la emoción de turno. “Al principio, date varios minutos para enfocarla”. Poco a poco irá saliéndote de manera natural.