A pesar de que es cierto que es mejor y más sano tomar una birra que desfasarse cada finde y llevar tu hígado al límite, lo cierto es que el consumo ocasional y moderado de alcohol no es tan sano como parece. La ciencia ha demostrado que el consumo moderado de alcohol está vinculado al desarrollo de varios tipos de cáncer.
La American Association for Cancer Research (AACR) ha emitido una advertencia clara: el consumo de alcohol es un factor de riesgo importante en el desarrollo de cáncer, y a pesar de ello, más de la mitad de la población no sabe que aumenta el riesgo de padecerlo. El informe de la AACR señala que un 5,4% de los casos de cáncer en Estados Unidos en 2019 estuvieron relacionados con el consumo de alcohol. Entre los tipos de cáncer más afectados están el de mama, colon y recto, hígado y algunos tipos de cáncer de cabeza y cuello.
¿Es bueno el consumo moderado de esa copita de vino?
El aumento de los casos de cáncer en personas menores de 50 años es alarmante, especialmente en aquellos relacionados con el sistema gastrointestinal, como el colorrectal. El informe subraya que el consumo regular de alcohol en la juventud y adultez temprana puede estar detrás de este aumento. El alcohol afecta el microbioma intestinal, alterando el equilibrio de bacterias que ayudan a proteger nuestro cuerpo. Este desequilibrio puede facilitar el crecimiento y la propagación de tumores cancerosos.
Durante años, se pensó que el consumo moderado de alcohol, especialmente de vino tinto, podía ser beneficioso para el corazón. Sin embargo, estudios recientes, como uno que siguió a 135.000 adultos británicos durante más de una década, han demostrado que los consumidores moderados no tienen una ventaja significativa en la salud cardíaca en comparación con los bebedores ocasionales. Y lo que es más preocupante: los consumidores moderados y ligeros tienen un mayor riesgo de morir por cáncer.
En el caso de las mujeres, el riesgo de cáncer de mama está directamente relacionado con el consumo de alcohol. Esto se debe a que el alcohol puede elevar los niveles de estrógeno, una hormona que juega un papel clave en el desarrollo de este tipo de cáncer. Reducir el consumo de alcohol es una de las formas más efectivas de disminuir el riesgo.
Estos nuevos datos respaldan aún más la tendencia de la Gen Z a ser abstemios y decidir dejar de lado el alcohol. A pesar de que tenemos muy naturalizado beber cerveza, vino o cubatas, lo cierto es que los efectos nocivos del alcohol pueden llegar a ser comparables a los del tabaco. Lo que el consumo de alcohol sigue siendo visto como un elemento clave en nuestras relaciones sociales.