Señales de que necesitas un cambio ya

Experimentar las semanas como algo casi eterno o vivir ajenx a tus valores más profundos deberían motivar un giro de guion

Los budistas siempre tuvieron razón al decir aquello de que la vida es cambio. Eso sí: no todos los cambios ocurren de manera orgánica por el devenir del universo. Algunos requieren una acción deliberada y consciente. Algunos requieren que tú quieras esos cambios y los pongas en marcha. La pregunta es: ¿cómo reconocer que ha llegado el momento de modificar aspectos claves de tu vida? Según la psicóloga Alice Boyes, existen una serie de señales a las que puedes atender para identificarlo, empezando por algo tan simple como el tiempo que ha pasado desde la última vez que desarrollaste un nuevo interés o hiciste unx nuevx amigx. ¿Meses? ¿Años? Tu estilo de vida debe estar atascándote.

Prueba de ello es también, y esta es otra señal de que tienes que actuar ya, el hecho de que el tiempo transcurra excesivamente lento. Tal y como escribe Boyes, “si parece que el tiempo pasa indistintamente puede que necesites más metas en tu vida”. Buscar un nuevo estímulo. El siguiente paso en tu carrera. Un desafío personal. No importa. La cosa es que coloques objetivos en el horizonte. Y no es una fobia capitalista a la improductividad. Es simplemente que no tener aspiraciones futuras te congela y te sume en el aburrimiento rutinario. No obstante, y según la experta, lo contrario, una vida caótica llena de estímulos, también puede ser señal de que necesitas cambios para estabilizarte.

Confía y cuida tus valores

Además, también debes prestar atención a tus sentimientos. “Al final de cada día, ¿sientes que actuaste de acuerdo con tus valores? Si valoras ser amoroso y amable, ¿actuaste en consecuencia? Si valoras la resolución creativa de problemas, ¿hiciste algo de eso?”. La respuesta a esta pregunta es crucial puesto que no vivir de acuerdo a tus valores te aleja del sentimiento de propósito y en consecuencia de la felicidad. Nunca es mal momento para comenzar. Analiza tu vida. Observa qué no encaja con tus valores e implementa modificaciones. Poquito a poquito o de un tirón. Da igual. A tu manera. Pero no lo dejes correr indefinidamente. No termines convirtiéndote en algo que no eres.

Por último, estudia el estado de tus relaciones humanas y cómo te sientes respecto a ellas. Si no es bueno, si están deterioradas o descuidadas, debes cambiar cosas en tu vida para priorizarlas y resucitarlas. A fin de cuentas, son esas mismas relaciones sociales las que pueden dar a tu vida mayor profundidad, mayor significancia y mayor apoyo. Son vitales. Óyenos: vitales. Y no importa si tienes 17 años, 24 o 31: todo el mundo necesita a sus amigxs, a su familia y, en algunos casos, a sus parejas. Y les necesita bien. Cerca. De calidad. Porque si ves que alguien te está robando la alegría y poniendo la zancadilla quizá debas plantearte salir de ahí. O aportan o les cambias. Que lo malo no sea permanente.