Para quien alguna vez haya sufrido algún problema de salud mental, sabe que al principio lo primero que hacemos es intentar buscar respuestas a lo que nos está pasando. Es completamente normal querer identificar por qué nos sentimos así y qué soluciones hay. Por eso, corremos a buscar en Google los síntomas o las causas, algo que no siempre es recomendable porque no hay un filtro personalizado y cada caso es único. Y esto, teniendo en cuenta que somos una generación que sufre una oleada de problemas de salud mental.
Casi la mitad de los jóvenes entre 15 y 29 años (48,9 %) considera que ha tenido algún problema de salud mental, según el II Barómetro Juvenil de Salud y Bienestar de la FAD. Y este dato es del 2019, antes de la pandemia. Aparte de buscar en Google, el algoritmo de TikTok e Instagram empieza a enseñarnos también vídeos que nos hablan de salud mental, de distintas enfermedades mentales, de consejos para superar situaciones estresantes o malos rollos con nuestrxs amigxs. Todo esto puede estar muy bien, pero, ¿hasta qué punto sobreexponerse a vídeos de salud mental es bueno?
El psicoterapeuta Sam Nabil explica a Womens Health Magazine que desconfía de esta tendencia de vídeos cortos destinados a dar consejos sobre salud mental. Añade que “desaconsejaría activamente a la gente” utilizarlos, en lugar de un tratamiento de salud mental cualificado.
El problema del autodiagnóstico
El problema está en que existe el peligro de que la gente se autodiagnostique sin un apoyo personalizado y un plan de tratamiento concreto que considere las distintas fases de las condiciones de salud mental. El problema del autodiagnóstico es real cuando hay tantos vídeos que dan consejos como: “5 cosas para saber si eres una persona narcisista”, o “Cómo saber si estás disociando”. Estos vídeos son píldoras visuales que nombran una serie de síntomas que pueden sugestionarnos a pensar que como nosotrxs cumplimos con un par de ellos tenemos ese trastorno. La realidad es más compleja: para algunos trastornos, es necesario pasar por distintas pruebas que analizan muchas partes de tu vida y de tus emociones hasta que se llega a un diagnóstico definitivo.
Además, corres el riesgo de empezar a ver cosas donde no las hay, y pensar que una acción hecha por ti en un momento concreto coincide con un síntoma, cuando quizá es solo algo aislado. Cuantos más vídeos veas sobre salud mental, más vídeos te saldrán, porque el algoritmo identifica que eso es lo que te interesa. Incluso hay personas que están buscando aprovecharse de este auge de vídeos. Muchos expertxs identifican tácticas “depredadoras” y de “marketing” para atraer más visitas. Normalmente simplifican las condiciones de salud y alimentan los malos diagnósticos. Por eso es tan importante tener una mente crítica y analizar quién nos está aconsejando, ¿es alguien cualificado? Ante este bombardeo constante, a veces lo mejor es desconectar de lo que nos preocupa y ponernos en manos de profesionales.