Alguien te lo dijo alguna vez y comenzaste a interiorizarlo como una verdad incuestionable: no eres fotogénicx de base y no hay mucho que puedas hacer para evitarlo. Es el rollo que suele decirse. Están quienes salen bien en las fotos y quienes no. Y punto. Como si hubiera alguna clase de propiedad físico-mental interna que se tiene o no se tiene. Una especie de gen de la fotogenia. Todo mentira. Según cuenta en TikTok la fotógrafa profesional Mina Barrio, cuya cuenta está dedicada a consejos para hacer buenas fotos con el móvil, “no se nace fotogénico ni antifotogénico”, sino que algunas personas lo han entrenado y otras no. Es como cualquier otra habilidad de esta vida.
En este sentido, tu antifotogenia, esa que crees que es innata y que no podrás sacarte nunca de encima, está ahí simplemente porque nunca has perfeccionado tu capacidad de salir bien en las fotos. Y ya está. No hay más lío. No hay nada en la simetría de tu cara, en tu mirada o en tu sonrisa que te condene irremediablemente a hacerte fotos de mierda. No hay nada malo en tu pelo. Ni en tu nariz. Ni en tu cuello. Olvídate de todo eso. Resetea tu perspectiva. Y no creas que es un cuento de una creadora de contenido con ganas de hacerse viral. Como ella misma explica en este vídeo acerca de la fotogenia, su planteamiento tiene una base científica clara. Está bien respaldado.
Todo se puede entrenar
En concreto, apuntan desde El Confidencial, medio que se hace eco de la publicación de Barrio, “esto se explica gracias a la neurociencia y a la potenciación sináptica a largo plazo”. En palabras de la propia fotógrafa, “para realizar cualquier actividad deben conectarse varias neuronas de manera coordinada formando un camino”, por lo que cuanto más formado se encuentre dicho camino más fácil será hacer una cosa. De ahí que posar bien ante una cámara dependa de tu propio entrenamiento. Por un lado, acerca de las posturas, los ángulos y demás aspectos técnicos de una pose. Por otro lado, aún más importante, acerca del estado anímico con el que te plantas antes la cámara.
Porque en esto último está buena parte de la magia de la fotogenia. Según Barrio, estás acostumbradx a salir mal en las fotos, por lo que das por hecho que volverás a salir mal cuando te preparas para ser fotografiadx. Esta asunción da lugar a una sensación de agobio, incomodidad y falta de autoestima, lo que evidentemente sale reflejado en la captura. Es la historia de la pescadilla que se muerde la cola. ¿Cómo salir de ahí? Con selfieterapia, la cual consiste, dice la tiktoker, “en plantarte una y otra vez delante de la cámara de selfie para hacer las paces con tu físico” y con tu actitud en las fotos. Entrena tu amor propio. Entrena tu relajación y positividad. Entrena tu fotogenia.