Las rupturas duelen una barbaridad. Y punto. Necesitarás tiempo para sacarle de tu cabeza y recuperarte de tremenda ostia. No hay otra. No hay persona ni truco en este mundo que pueda evitarte tal sufrimiento. Es un camino que debes transitar. ¿Sí? Una vez asimilado esto, una vez desechada la ingenua expectativa de ahorrarse los bajones y el llanto, puedes actuar. Porque una cosa es que el dolor esté garantizado y otra muy diferente que no puedas hacer nada para limitarlo. Puedes. Y debes. En concreto, hay una serie de recomendaciones planteadas en una publicación en Poosh por la neurocientífica especializada en mentalidad Emily McDonald que pueden serte de mucha utilidad.
La primera de ellas es romper absolutamente todo contacto. En palabras de esta experta, “las rupturas son como estar en abstinencia: si estás intentando dejar una droga adictiva debes dejar que abandone tu sistema para que tu cerebro pueda recuperar el equilibrio”. No puedes darte chupitos de tu ex. No puedes meterte una pequeña dosis bajo el falaz mantra de que tú controlas. Porque no lo haces. Solo mantendrá la adicción en tu cerebro y prolongará el sufrimiento. En la misma línea, McDonald te aconseja eliminar todas sus fotos de tu móvil y de tus redes para no verle más y evitar seguir romantizando la relación que teníais. Es duro, sí, pero necesario para seguir adelante.
Utiliza bien las listas
Precisamente para romper esa romantización, esa idealización, la neurocientífica anima a quienes estén atravesando un duelo romántico que escriban una lista con todo lo que no molaba en la relación. “¿Qué le faltaba? ¿Por qué no era la persona adecuada para ti? ¿Por qué te alegras de que haya terminado? Siéntete libre de enumerar también las cosas que no te gustaron de tu ex”. Al mismo tiempo, y ahora que te sientes como una mierda sin mucho valor, haz una lista con “todas las cosas que amas de ti mismo”. Eso te ayudará a ganar autoestima, amor propio y esperanza acerca del futuro. Esa idea de que no encontrarás a nadie más es una trampa de tu mente. Nada más.
En cuarto lugar, y siempre según McDonald, deberías realizar actividades que incrementaran tus niveles de serotonina, pues tras una ruptura no suelen estar muy altos y eso afecta fuertemente a tu estado de ánimo. En este sentido, escribe, “algunos ejemplos incluyen practicar la gratitud diaria, la conexión social, la exposición al sol, el ejercicio o el consumo de café con leche”. Por último, y aunque te des tiempo interno para procesar tus sentimientos, no te quedes físicamente parado: “esta es una oportunidad para que finalmente comiences esas clases de pilates o para que aprendas a cocinar un plato nuevo”. Entrena tu cerebro para una nueva vida. Lo superarás.