Casi todo cuanto haces en tu día a día tiene un impacto medioambiental oculto. En ocasiones porque emite gases de efecto invernadero. Otras porque sus residuos resultan contaminantes. Y otras porque su producción requiere el uso de unos recursos para cuya extracción se maltrata el planeta de una manera u otra. El simple hecho de ver una película no es ninguna excepción. Jamás lo habrías dicho mientras te tumbas en tu sofá, pulsas el mando de la televisión para elegir entre miles de posibilidades y te pasas dos horas entretenidx, pero la realidad es que la industria cinematográfica tiene serios problemas de sostenibilidad. Las películas están lejísimos de ser inocentes del cambio climático.
En concreto, y según apuntan desde Business Insider, basándose en estudios del Instituto Cinematográfico Británico, “la producción media de una película con un presupuesto superior a 70 millones de dólares genera 2.840 toneladas de dióxido de carbono”, para cuya absorción 3.709 hectáreas de bosque necesitarían al menos un año. Ahora piensa en la enorme cantidad de blockbusters, nuevas entregas de sagas y muchas otras cintas multimillonarias que se producen y estrenan anualmente. Es una barbaridad. Convierte a la industria del cine en una de las grandes responsables de la crisis medioambiental actual. Aún más cuando decide grabar sus secuencias en entornos muy sensibles.
Películas que más han contaminado
En este sentido, señalan desde el citado medio, “la película Mad Max: Fury Road causó daños irreparables a los frágiles desiertos de Namibia, y la película de Leonardo DiCaprio La playa, del año 2000, provocó que los turistas estropearan el lugar homónimo de la película en Tailandia”. No es solo el impacto directo. Las películas pueden seguir perjudicando los ecosistemas naturales mucho tiempo después de producirse y de ver la luz. Por suerte, y debido a las presiones sociales, fruto de una conciencia cada vez más profunda de la necesidad de sostenibilidad, la industria cinematográfica está comenzando a dar los primeros pasitos en pos de un futuro mucho más armónico con el planeta.”
Earth Angel, una agencia de sostenibilidad que ayuda a reducir el impacto ambiental negativo de las producciones de entretenimiento, ha proporcionado a películas como Black Panther o El ferrocarril subterráneo y a series como Separación, de Apple TV, trabajadores que gestionan el agua y los residuos, controlan el consumo de energía, recogen donaciones de alimentos y reutilizan los residuos materiales”, así como para intentar limitar las emisiones contaminantes. Pero quizás el gran trabajo de Earth Angel haya sido La ballena, del gran Darren Aronosfky, en la que medidas de este tipo han logrado alcanzar un impacto medioambiental mínimo. Ese es el camino a seguir.