Algunas ciudades están aplicando toque de queda para menores de edad

Una medida que surge como reacción al aparente incremento de la delincuencia adolescente

Una de las grandes verdades que The Wire, la mítica serie de HBO que supo retratar la realidad estadounidense como muy pocas otras obras de arte modernas, legó al mundo, fue aquella de que la inmensa mayoría de la delincuencia no procede de cerebros perturbados y malvados, sino de la desigualdad socioeconómica. La pobreza genera mercados negros. La pobreza genera medidas desesperadas. La pobreza genera violencia. Especialmente en lxs más jóvenes. Y la solución de algunas ciudades francesas para frenar esta situación no es otra que establecer un toque de queda para lxs menores. A determinada hora todxs en casa bajo amenaza de cargos penales para lxs padres. Sin condiciones.

Es el caso de la localidad de Cagnes-sur-Mer. Como dicen desde Xataka, “desde las 23:00 hasta las 06:00 los menores de 13 años no pueden salir sin estar acompañados de un adulto por el centro de la ciudad o las zonas de Val Fleuri y Cros de Cagnes”. Es el único remedio que creen tener a mano para revertir la situación. Y algo parecido ocurre con la localidad de Pointe-à-Pitre, en el archipiélago francés del Caribe, que ha vivido en los últimos tiempos un incremento brutal de los robos a mano armada y los intentos de homicidio. Ahora, los menores de 18 años deberán permanecer en sus casas a partir de las ocho de la tarde si no quieren enfrentarse a las fuerzas policiales.

Ciudades en las que se aplicará el toque de queda

”Es algo que también aplicará el centroderechista Christian Estrosi, alcalde de Niza, y hay otras localidades como Compiègne o Perpiñán que lo están planteando”. O dicho de otra manera: aunque te suene ciertamente surrealista, aunque te suene a argumento de película distópica o de novela emplazada en un régimen dictatorial, el toque de queda para menores es una realidad cada vez más extendida. Y quizás sea la única manera de mantener las calles seguras a corto plazo. Una medida desesperada. Una respuesta instintiva al miedo. Es comprensible. Sin embargo, está claro que el problema es mucho más profundo y requiere de un análisis general de la situación de lxs jóvenes.

Porque este tipo de prohibiciones pueden irse fácilmente de las manos. De hecho, la gran mayoría de los recortes en derechos y libertades de lxs ciudadanxs suelen venderse desde la esfera política como mecanismos imprescindibles de seguridad. Y lxs jóvenes son seres humanos, da igual que no hayan cumplido 18 años. Su libertad también cuenta. Quizás, solo quizás, en lugar de reaccionar desde la mano dura, lo ideal sería estudiar e implementar soluciones a la desigualdad económica, la discriminación social, la brecha cultural y el desempleo juvenil. Ir a las raíces de la problemática. Cambiar los cimientos de sus proyectos de vida. Alumbrar y no ensombrecer.