Lleva tu cunnilingus al siguiente nivel con el método Kivin

Un pequeño cambio de ángulo puede mover montañas

¿Quieres practicarle un cunnilingus a tu pareja sexual nivel “sigue pensando en ello una semana después”? Aliyah Moore, terapeuta sexual, habla en una publicación para Poosh de una técnica de lamida que, bien ejecutada, suele multiplicar el placer de quien la recibe: se trata del método Kivin. En sus propias palabras, “esta técnica requiere que el individuo que practica sexo oral se acerque a su área genital en un ángulo diagonal, alejándose de la posición vertical convencional”. Lo que se pretende con esta variación es estimular el clítoris de una forma muy diferente a lo habitual. Y no solo el clítoris: también la mente de la otra persona. Porque te percibe desde una perspectiva distinta.

¿Pero qué lo hace tan especial desde el punto de vista físico? Según Moore, “algunas personas experimentan presión y movimientos directos que pueden ser más intensos, lo que provoca una mayor excitación y orgasmos más fuertes”. No obstante, es importante que tengas en cuenta que cada persona es totalmente única. Incluso si el método Kivin funciona para buena parte de las personas con clítoris, puede que a la persona en concreto con la que vas a tener sexo no. En este sentido, olvídate de tomarte libertades y haz lo que deberías hacer siempre que vas a probar algo nuevo en la cama, especialmente si no tenéis una confianza muy profunda: preguntar si le interesa practicarlo.

Pasos a seguir

Bien. Le has preguntado y está encantadx de que lamas a lo Kivin. ¿Ahora qué? Esta terapeuta te lo explica paso a paso. Primero, “el receptor se acuesta boca arriba y el dador se coloca entre sus piernas”. A continuación, este último inclina la cabeza y “coloca la boca en un ángulo de aproximadamente 45 grados”. No hace falta que lleves encima escuadra y cartabón. Utiliza la lógica. Una vez ahí, y como dador, deberás estimular el clítoris y el área circundante -no olvidarse nunca del área circundante- usando tus labios y lengua de manera suave y rítmica. A partir de ahí, escucha las señales que sus movimientos, suspiros, gemidos y, por supuesto, palabras, te dicen, y sigue sus indicaciones.

Eso sí: ninguna técnica de cunnilingus vale de nada cuando la persona que lo va a recibir no está bien cachonda. De ahí que Moore ofrezca un consejo más: “En lugar de apresurarte, es fundamental que inviertas tiempo y esfuerzo en cultivar la anticipación y el deseo”. Con las burlas juguetonas. Con las miradas. Con las señales. Al fin y al cabo, no existe técnica ni método práctico que sea remotamente tan poderoso como la excitación mental a la hora de elevar el placer. ¿Método Kivin bien ejecutado? Claro que sí. ¿Calentar la cosa poco a poco para que esté esperándolo como brisita en una tarde de agosto? También. Verás que bien os lo pasáis.