Toda tu vida te han enseñado que para calmar a una persona enfadada debías apelar a su racionalidad. Hacerle entrar en razón. No obstante, Douglas E. Noll, uno de los mediadores de conflictos más populares del mundo, está en total desacuerdo con ese modus operandi: “No existe la racionalidad. Los seres humanos somos emocionales. Cada decisión, cada comportamiento y cada acción se basa en la emoción y no en el pensamiento racional. De hecho, surgen en nuestro cerebro 750 milisegundos antes de que seamos conscientes de ello. Por eso enseño que se deben usar herramientas emocionales para resolver problemas emocionales como la ira”.
¿Pero cómo exactamente? Lo cuenta en su último ensayo, Desescalar, donde recomienda tres estrategias para conseguirlo en menos de dos minutos. En primer lugar, ignorar las palabras pronunciadas. Como dice Noll, “si atiendes a ellas es muy probable que se disparen tus propias emociones y fácilmente te verás arrastrado al torbellino originado por el conflicto”. Sí, la otra persona ha dicho cosas muy feas, pero no te centres en ella porque no son lo importante. En realidad, la clave del asunto está en las emociones que está experimentando. Aquí entra en escena la segunda estrategia: observar con atención para descubrir su experiencia emocional.
Céntrate en sus emociones
No te resultará difícil. En palabras de este experto, que ha aplicado sus técnicas anti-ira con perfiles tan distintos como presos de cárceles de alta seguridad y congresistas, “los seres humanos tenemos un repertorio limitado de emociones: enfado, miedo, angustia, asco, humillación, vergüenza, abandono y rechazo”, y tu cerebro está genéticamente diseñado para identificarlas. Si tienes éxito con la primera estrategia, y no te involucras en la pelea, darás con el pack de emociones que siente la persona rabiosa que tienes delante. Ya solo te queda un paso de vital importancia y que no es otro que transmitirle tu percepción de sus emociones.
Eso sí, y esta es otra de las claves de la mediación de Noll, debes utilizar la segunda persona. “La gente suele usar frases con el sujeto en primera persona para escuchar de forma reflexiva, como yo creo que estás sintiendo X, pero esto no funciona muy bien”. En su lugar, mírale a los ojos y exprésale lo que piensas tipo estás sintiendo rechazo o estás sintiendo miedo. Será mucho más útil para desarmarle y que muestre sus verdaderas emociones, hasta ahora camufladas bajo la rabia, que tratar de argumentarle lógicamente. Al final, sí que somos animales de gran carga emocional y la empatía nos reblandece de manera mágica. Es el camino hacia la paz.