Claves para derrotar tus inseguridades dentro de una relación

Amar con miedo es una condena

¿Me ama de verdad o es todo una ilusión? ¿Soy lo suficientemente buenx para esa persona tan maravillosa a la que tengo situada en lo alto de un pedestal? ¿Estoy haciendo todo lo posible para mantenerle enamoradx? ¿Podría estar tonteando con otra persona mientras lo nuestro está en plena construcción? Hacerse estas preguntas alguna que otra vez a lo largo de una relación no es extraño. El problema es cuando, en lugar de ser pensamientos pasajeros consecuencia de circunstancias muy concretas, son la tónica dentro de tu cabeza: demuestra, según cuenta la doctora en psicología Jill P. Weber, una tendencia clara hacia las inseguridades románticas. Pero hay estrategias para superarlas.

Para empezar, dice esta especialista en ansiedades, sal de la burbuja de tu relación y analiza tu relación con tus padres. Porque de ahí vienen tus patrones de pensamiento actuales. “Si tus relaciones eran más ansiosas que seguras, es decir, no podías sentirte seguro siendo tú mismo, considera convertirte en tu propia base segura en la edad adulta: desarrollar un tono interno cálido, disminuir el lenguaje autocrítico y ser consciente de que tu valía no depende de lo que los demás piensen de ti. Aunque te cueste creerlo, tus inseguridades románticas no son resultado de las particularidades de tu relación actual. Es una movida que viene de muy lejos. Te vendría bien tratarla en terapia.

Céntrate en tus necesidades

Ese muy lejos acostumbra a ser la infancia, pero en algunas ocasiones puede ubicarse en relaciones románticas pasadas tormentosas. De esas que dejan huella para mal. De esas que cuesta procesar. “Para hacerlo debes retroceder en el tiempo y comprender lo que estabas sintiendo y ofrecerte compasión a ti mismo por haber tenido que soportar esa relación”. El miedo irá desapareciendo. Sobre todo si tu relación de ahora es un espacio seguro. Cuando lo consigas, te resultará más sencillo implementar la tercera estrategia de Weber: cambiar el chip y no andar todo el rato pensando en las necesidades de tu pareja para así poder centrarte y reclamar también las tuyas.

Por último, existen otros dos mecanismos complementarios más que pueden ayudarte a superar esa ansiedad relacional constante. Por un lado, enumerar mentalmente los defectos de tu pareja para bajarla del pedestal. Sin maldad. Sin competitividad. Con amor. Ser capaz de quitarte un poquito la venda y verle tal como es: un ser humano genial con muchas imperfecciones. Y, por otro lado, trabajar en la aceptación de tu realidad. “Solo puedes controlar algunas cosas, solo puedes conocer ciertas cosas y solo puedes resolver cierta incertidumbre”. A partir de ahí, si se desenamora y se va es cosa suya. No puedes remediarlo. Tú ya estás haciendo las cosas bien y eso es lo que importa.