Las empresas japonesas prohíben llevar gafas a sus trabajadoras porque 'las hacen menos femeninas'

"Incluso con conjuntivitis he tenido que llevar lentillas", denuncia una mujer anónima. Una nueva polémica que se suma a las exigencias estéticas imposibles para las mujeres trabajadoras niponas

Muchas mujeres japonesas tienen prohibido llevar gafas en el trabajo. ¿El motivo? Pues, según las empresas que han levantado el veto, son muchos. Algunas que quieren parecer lógicas, “es por seguridad si hay una emergencia”, explicaban diversas compañías aéreas a la BBC. Pero otras, directamente, no ocultaron sus motivos machistas: las mujeres de cara al público tienen que estar guapas y las gafas “las hacen menos femeninas ya que no se puede ver su maquillaje”, “menos elegantes”, “más frías”, y hasta “más inteligentes”, como si esto fuese un hándicap.

Los principales sectores que han prohibido las gafas son los grandes almacenes, la industria hotelera, las clínicas de belleza y las compañías aéreas. Es decir, profesiones de cara al público que buscan mujeres perfectas, el “Yamato Nadeshiko, término japonés que hace referencia a la mujer ideal”, como informa el portal Verne.

En cuanto ha trascendido la noticia en los medios, se ha desatado un aluvión de experiencias que recuerdan al #MeToo, en el que bajo ese hashtag millares de mujeres compartieron historias similares silenciaban por miedo al rechazo y a la reacción social. En el caso japonés, han usado también un hashtag, el #MeToo prohibición de gafas, que recuerda al #MeToo, sobre los tacones, un juego de palabras con zapatos y dolor para denunciarlo y compartir experiencias, algunas de las cuales eran mujeres que trabajaban durante más de 10 o 12 horas al día en eventos como azafatas y sus ojos se cansaron por la obligación de llevar lentillas. Algunas, incluso, tuvieron que llevarlas a pesar de tener conjuntivitis.

Esta polémica se suma a la larga lista de imposiciones que las empresas japonesas exigen a las mujeres. “Primero fue el maquillaje, luego los tacones, ahora las lentillas”, relata una mujer anónima exigen a las mujeres. Hace referencia al uniforme típico japonés, que siempre va acompañado de tacones de cinco centímetros —nunca menos— y una apariencia conservadora, que cumpla los cánones de belleza japoneses. “Pueden expedientarte si te tintas el pelo o te pones highlighter”, denuncia la misma mujer.

Esta reivindicación no es nueva, pero sí constante. Las activistas feministas japonesas denuncian que para ser contratadas se debe llevar obligatoriamente tacones altos. Sin embargo, aunque socialmente están logrando posicionar su mensaje, parece que no llega a las instancias políticas superiores, lugar donde deberían hacerse los cambios. Como explica la BBC, un primer ministro japonés dijo que “son necesarios los códigos de vestimenta que imponen los tacones altos”, levantando mucha polémica en las calles pero ninguna dimisión política.

Kumiko Nemoto, socióloga entrevistada por la cadena británica, aporta que son políticas anticuadas contra las cuales, poco a poco, la sociedad se está rebelando. “Es la forma tradicional de pensamiento japonesa, la discriminación de género que solo valora a las mujeres por su apariencia y feminidad. Y esto se ve como lo opuesto a llevar gafas, ser inteligente o tener inquietudes. Toca eliminar las políticas del tacón alto”, el nombre con el que define esta polémica visión social y laboral la mujer.