¿Has conocido alguna vez a una de esas personas ultralectoras que, aunque no lo digan, parecen sentir que el hecho de leer les hace bastante más dignos y capaces? ¿Eres tú mismx una de esas personas? Hay un poco de personalidad en tu soberbia. Al fin y al cabo, la personalidad es mucho más compleja que eso. No obstante, tienes parte de razón en lo que sientes. No, leer no te convierte automáticamente en la estrella del cotarro, pero sí que potencia ciertas habilidades mentales que hacen que sea más probable que pienses mejor. Y esto, según cuenta en un artículo para Psychology Today la especialista Patricia Prijatel, de la Drake University, te ayuda a tener mejores relaciones.
En concreto, escribe Prijatel, “los libros fomentan la lectura inmersiva y la cognición que te ayuda a ver las conexiones entre las cosas para que comprendas el mundo, su historia, su gente y tu lugar en él”. Si devoras ensayos y novelas todos los meses, si leer es una de esas acciones que sí o sí forman parte de tu día a día, es inevitable que desarrolles habilidades avanzadas que te permiten ver más allá de lo evidente. Y esto es maravillosamente importante en las relaciones humanas. Después de todo, los comportamientos de los demás a menudo no son lo que parece y esconden detrás otros mecanismos más profundos. Ser capaz de identificarlos provocará que reacciones mejor.
La lectura y la empatía
Pero no solo eso. La optimización de tus capacidades cognitivas a través de la lectura también “te ayuda a gestionar tus expectativas”, lo cual influye directamente en tus niveles de satisfacción con el mundo, incluidas tus relaciones románticas, familiares y de amistad. Además, y siempre según Prijatel, “los lectores de libro también tienden a hacer más preguntas, desarrollando habilidades de pensamiento crítico, empatía e inteligencia emocional que se traducen en habilidades para la vida, incluida la capacidad de construir y mantener relaciones”. Tal vez la inteligencia no sea suficiente para que una relación prospere, pero es muchísimo más fácil que lo haga con ella.
Y quedan dos beneficios más para las relaciones de leer mucho y de que la otra persona también lea mucho. Por un lado, el hecho de que “esto mejora la toma de decisiones”. Seréis capaces de controlar mejor los impulsos y meditar mejor las respuestas. Por otro lado, el inevitable y muy sabroso enriquecimiento de la comunicación. En palabras de esta experta, “las conservaciones que tengo, aquellas que van por debajo de la superficie hacia el significado y la compresión reales, son las conversaciones que tengo con los lectores de libros”. En este sentido, una relación entre dos ávidxs lectorxs predice generalmente charlas reflexivas e interesantes. Y eso es fuego para la pasión.