Está claro que de los ocho tipos de inteligencia establecidas por el célebre psicólogo estadounidense Howard Gardner en su denominada teoría de las inteligencias múltiples hay algunas más populares que otras: a la inteligencia espacial, a la inteligencia lógico-matemática, a la inteligencia corporal y a la inteligencia lingüística se le suele dar bastante más bombo que a las olvidadas inteligencias naturalista, existencial, intrapersonal o interpersonal. Pero estas dos últimas unidas conforman la inteligencia emocional, cada vez más relevante para las empresas debido a que buena parte de las decisiones laborales que tomas en el día a día dependen directamente de ellas.
O al menos eso cuenta el investigador Iván Fernández, de la Universidad Internacional de La Rioja, en una publicación para The Conversation. En sus propias palabras, “las competencias que se buscan en el reclutamiento de personas para el mercado laboral han evolucionado mucho en los últimos años: una de las tendencias actuales se enfoca en las habilidades blandas, aquellas que están relacionadas con la personalidad y muy ligadas a la inteligencia emocional”. A tu futura empresa le importa que entiendas tus responsabilidades y sepas completar todas esas tareas para las que te quieren contratar, pero sobre todo le importa que seas emocionalmente madurx. Le importas tú.
La empatía es clave
Porque una inteligencia intrapersonal que te permita comprender cómo te sientes en cada momento, regularte cuando las circunstancias son adversas o hallar la motivación intrínseca necesaria para seguir adelante marca mucho más la diferencia a largo plazo que manejar el Adobe Photoshop. Esto último se aprende en unas semanas. Meses como mucho. La capacidad introspectiva puede llevar décadas. Y ocurre lo mismo con la inteligencia interpersonal: nadie aprende a empatizar, a comunicarse con asertividad, a cultivar la paciencia, a resolver los conflictos o a mostrar liderazgo en momentos difíciles de la noche a la mañana. Es el resultado de toda una vida de autotrabajo.
En este sentido, subraya Fernández, “los responsables de recursos humanos han ido entendiendo que es mejor reclutar personas capaces de tomar decisiones con inteligencia emocional que expertas en el manejo de una u otra herramienta”. Especialmente en puestos de poder que requieren la gestión de otras personas. Y es una buena noticia: promete jefxs más humanos. Además, y según este experto, tu sabiduría emocional también influye en los estudios que cursas, los puestos de trabajo que coges o los puestos de trabajo que dejas. A fin de cuentas, te ofrece una mayor consciencia de ti y de todo lo que te rodea. Sí, tu carrera profesional también va de emociones. Como todo.