Frases que evidencian una altísima inteligencia emocional

Muestran implicación en las conversaciones y una escucha activa que hace sentir cómoda e importante a la otra persona

La comprensión de la inteligencia humana ha cambiado muchísimo durante estos últimos años: su medición ya no se limita a las capacidades lingüísticas, matemáticas y espaciales, sino que han entrado en juego otras habilidades claves hasta ahora bastante denostadas como son las habilidades sociales, las habilidades introspectivas o las habilidades emocionales. Recursos que los tests de coeficiente intelectual clásicos no tienen en cuenta, pero que son incluso más determinantes en tu calidad de vida que tu entendimiento de la geometría o del álgebra. Tener un alto coeficiente emocional (EQ) es un game changer. Y hay una serie de frases que lo evidencian con bastante claridad.

Las dos primeras se agrupan dentro de lo que lxs expertxs llaman paráfrasis, comentarios destinados a resumir lo que dice la otra persona, una prueba obvia de que escuchas de verdad cuando alguien te habla y de que te esfuerzas tanto por comprender lo que te cuenta como por ayudarle a continuar su relato. Son, según cuenta el conferenciante de la Universidad de Stanford Matt Abrahams en una publicación para la sección Make It de la CNBC estadounidense, a ver si lo entiendo bien y lo que intentas decir, ambas seguidas de un parafraseo de lo que esa otra persona acaba de contarte. Frases que demuestran implicación. Frases que muestran empatía y cariño.

En palabras del propio Abrahams, “estas dos frases validan a la otra persona porque se siente bien resumida y eso tiende a generar agrado y confianza, que son importantes, y las personas que tienen un alto coeficiente emocional tienden a hacerlo bien”. ¿Y sabes qué otra cosa suele hacer bien alguien que destaca en inteligencia emocional? Hacer preguntas. Pero no cualquier tipo de pregunta: preguntas que tengan una inclinación emocional. Dos ejemplos muy claros serían cómo te hizo sentir eso y qué pudo haberte llevado a eso. Quien habla concentra su relato en los acontecimientos, en los hechos objetivos, pero a ti te importa saber cómo le han afectado.

Eso sí: tus palabras, las frases que sueltas mientras otra persona te abre su corazón, no son lo único relevante en todo esta historia. Tal como dice Abrahams, “el lenguaje corporal correcto también puede ayudarte a demostrar empatía”. Cosas aparentemente tan sencillas y poco trascendentes como mantener contacto visual, asentir con la cabeza periódicamente o reaccionar físicamente ante determinadas partes de su relato que lo merecen pueden marcar la diferencia en su comodidad y en su sensación de ser comprendidx. Pero todo ello sin hacer teatro ni forzar tu comportamiento. ¿Siempre has sido así? ¿Es algo innato en ti? Claramente tienes un EQ especial.