Los beneficios de las microverduras: qué son y por qué son tan buenas para nuestra salud

Más nutritivas. Más sostenibles. Más democráticas

Da igual qué dieta saludable en concreto tengas entre manos: todas ellas incluyen las verduras entre sus ingredientes. Y tiene sentido. A fin de cuentas, son alimentos poco calóricos, con un montón de micronutrientes esenciales, con mucha fibra beneficiosa para tu tránsito intestinal y sin muchos de los componentes nocivos que habitan en otras categorías de alimentos. ¿El problema? No todas las personas del mundo tienen la oportunidad de consumirlas en grandes cantidades a diario. Especialmente ahora que el cambio climático compromete las cosechas cada vez más. Pero hay una posible solución: las microverduras, obtenidas a partir de plantas cultivables como las hortalizas o los cereales.

Sus ventajas son muy variadas. Por un lado, escribe la investigadora Laura Isabel Arellano, de la Universidad del País Vasco, en un artículo en The Conversation, “requieren un periodo de crecimiento muy corto y un menor mantenimiento en comparación con los cultivos tradicionales”. Entre otras cosas, requieren mucha menos luz y no están aferrados a un único sustrato de crecimiento, sino que son flexibles y permiten su cultivo en muchos rincones diferentes del planeta. Sí, son pequeñitas, concretamente entre tres y diez centímetros por unidad, pero estas porciones de tallos y primeras hojas verdaderas poseen una barbaridad de nutrientes beneficiosos que promueven la salud.

Más datos importantes sobre las microverduras

En palabras de Arellano, “las microverduras no solo están cargadas de micronutrientes como el hierro, el zinc, el potasio, el calcio, el selenio o el manganeso, sino que además contienen moléculas con capacidad bioactiva”. Entre ellas, fitoquímicos como el ácido ascórbico, el αtocoferol, el β-caroteno o las filoquinonas y sustancias antioxidantes como los carotenoides, las antocianinas o los glucosinolatos. ¿Los puedes hallar en las verduras adultas? Sí, pero no en las concentraciones tan elevadas en las que se encuentran en las microverduras. “Por ejemplo, una lombarda en versión micro presenta 260 veces más betacaroteno y seis veces más ácido ascórbico que la planta madura”.

Además, y por si fuera poco, estos nuevos alimentos presentan una alta cantidad de compuestos fenólicos, “metabolitos secundarios que se han relacionado con una mejora de la actividad metabólica, ya que previenen el desencadenamiento de reacciones de oxidación a partir de los radicales libres y reducen la inflamación”. Si quieres cuidarte las microverduras son tus panas. Ah, y de paso estarás cuidando del planeta y de sus ecosistemas, pues el cultivo de las microverduras es menos exigente desde el punto de vista hídrico, y no requiere del uso de pesticidas ni fertilizantes. Comienza a acostumbrarte a hablar de microbrócolis, microespinacas o microsoja. Puede ser el futuro.