Las diferentes culturas de los países escandinavos han ido desarrollando a lo largo de los siglos una serie de filosofías destinadas a mejorar el estado de ánimo y a aceptar las circunstancias de la vida que tocan en cada momento. Y tiene mucho sentido: todos estos países presentan un clima muy duro en invierno que dificulta la socialización, salir a la calle y todas esas cosas que tanto equilibrio y felicidad traen a las personas. En Dinamarca tienen el hygge. En Finlandia tienen el kalsarikänni. Y en Noruega tiene el koselig, una corriente diseñada para lidiar con el frío, la oscuridad y la tendencia al aislamiento social de los meses invernales, pero que sirve para muchos otros momentos del año.
Sus principios son varios. El primero de ellos, como explican desde El Confidencial, “es no quejarse del clima”. Porque en un país así, con un invierno tan inhóspito, es comprensible que la gente se lo pase odiando el frío, odiando la oscuridad y deseando con todo su corazón que pase de una vez y llegue la primavera y el verano.
Acéptalo: no puedes luchar contra el clima
No obstante, eso haría que viviesen varios meses cada año con insatisfacción, con negación y con frustración. En su lugar, el koselig anima a la aceptación total. Algo que aquí en España puedes aplicar al revés: en algunas partes del país se avecina un verano muy duro con cada vez más olas de calor y temperaturas récords. Necesitas aprender a gestionarlo bien.
El segundo de sus principios claves es mantenerse activx en todo momento. No importa si ahí fuera hace mucho frío, llueve toda la semana o hace un calor de mil demonios. La idea es que no utilices el clima como una excusa para quedarte en casa solx demasiado tiempo, haciendo lo mismo de siempre, viendo una serie tras otra, sin socialización, sin contacto humano, sin movimiento, porque es un escenario que la mayoría de personas tolera, pero que en el fondo le resta mucha satisfacción vital.
Como recuerdan desde el citado medio, “los noruegos continúan disfrutando de planes fuera del calor de casa aunque el termómetro marque cero grados”. Cuesta más, sí, pero se puede.
Por último, la filosofía noruega koselig te anima a no compararte con los demás. Porque es un cóctel muy destructivo: en casa metidx, paradx, quejándote del frío o del calor que hace en la calle y viendo en Instagram cómo lxs demás disfrutan de la vida. Normal que te entre el bajón. Al fin y al cabo, te estás comparando. Lo más importante, como decíamos anteriormente, es que tú mismx te actives y hagas planes que molen y te tengan motivadx. Pero independientemente de si los haces o no, no consumas tanta vida ajena y, sobre todo, recuerda que esas stories no reflejan “la realidad de la vida de los usuarios”. Son retazos de sus existencias ciertamente distorsionados.