Generalicemos un poquito: los finlandeses son personas muy particulares. Sí, viven en un rincón del mundo donde durante muchísimos días al año reinan conjuntamente el frío y la oscuridad, dos gobernantes muy duros que hacen que la mayoría de las personas se sientan solxs y tristes, pero ellxs siguen alcanzando las primeras posiciones de países con mejores índices de felicidad. Lógicamente es una media y habrá, a lo largo del país, mucha gente insatisfecha. Pero en líneas generales admiten estar bastante contentos. ¿Cómo es posible? Frank Martela, investigador de los fundamentos de la felicidad de la Universidad Aalto de Finlandia, cree haber localizado las claves del fenómeno.
La primera de ellas, tal como refleja la experta Debbie Peterson en una publicación para Psychology Today, es el hecho de que lxs finlandesxs no hacen exhibiciones de riqueza. Tienen asumido que la felicidad no anda por esos lares. Que comprar todo lo que puede comprarse no hará que estén más satisfechos con sus vidas a medio y largo plazo. En sus propias palabras, “incluso las personas más exitosas en Finlandia se parecen a los demás”. No hay ostentación. No hay diferenciación a través del consumo. No hay esa obsesión por presumir. Una obsesión que no solo no es el ingrediente secreto de la felicidad sino que incluso puede alejarte de ella. La humildad supera a la competitividad.
La segunda de ellas, escribe Peterson, es que “los finlandeses no descuidan la importancia de estar en la naturaleza”. Y no es algo menor: los seres humanos hemos coevolucionado junto con los árboles, las plantas y los animales y sentimos esos entornos como entornos propios y acogedores en los que estamos a gusto. De hecho, existe un concepto, el de biofilia, que refiere precisamente al impulso innato de las personas por mezclarse con la naturaleza y volver a ella. En Finlandia hay muchos días en los que el frío hace imposible esa inmersión en lo natural. No obstante, y como dice esta especialista, ellxs incluyen mucha vegetación en el interior de sus hogares. Ese verde sí da la felicidad.
Por último, y según las investigaciones de Martela, llevadas a cabo durante décadas, lxs finlandesxs cultivan profundamente la confianza en el resto de personas. “Tienden a confiar unos en otros y valoran la honestidad. Un experimento de billetera perdida en 2022 puso a prueba la honestidad de los ciudadanos dejando caer 192 billetes en 16 ciudades de todo el mundo y en Helsinki 11 de las 12 carteras fueron devueltas al propietario”. Eso habla mucho del sentimiento de comunidad que tienen. Como ves, los secretos de la felicidad son en realidad viejos y ancestrales: cooperación en lugar de competitividad, naturaleza en lugar de urbanidad y comunidad en lugar de individualismo.