5 grandes mentiras que usa tu cerebro para desanimarte

La depresión provoca distorsiones cognitivas responsables de que te inunden mensajes catastrofistas y negativos

Resulta difícil explicar la depresión a alguien que nunca la ha experimentado. Porque no es simplemente tristeza. Ni falta de motivación. Ni un periodo de querer estar encerradx en casa. Es mucho más que todo eso. Entre otras cosas, y como explica la psicoterapeuta Jennifer Gerlach en una publicación para Psychology Today, es una enfermedad que trae consigo distorsiones cognitivas que modifican tu propio cerebro y su funcionamiento. De hecho, las deformaciones que provoca la depresión desembocan en una serie de mentiras que surgen en tu cabeza todos los días y que, si no consigues identificar y etiquetar como lo que son, bulos, pueden dificultar aún más la recuperación.

El primer tipo de mentira, apunta la propia Gerlach, es la sentencia radical. “La depresión ama las generalizaciones. Se nutre de pensamientos como ‘no le gustas a nadie’, ‘no puedes hacer nada bien o ‘todo está mal’. Este tipo de mentira respira palabras como ‘siempre’, ‘nunca’, ‘todo’ o ‘nada’”. Te susurra mensajes categóricos. La inmensa mayoría de ellos profundamente negativos. Lo que debes hacer en estos casos para protegerte es buscar ejemplos que contradigan su discurso para darte cuenta de que no tiene razón. Es muy importante que seas consciente de que la depresión hace eso con tu cerebro y de que esas mentiras son mentiras provocadas por la enfermedad.

El segundo tipo de mentira tiene que ver con las predicciones. Bajo la influencia de la depresión, tiendes a convencerte de que todo saldrá mal mucho antes de que tenga lugar. Pero no te confundas: no es lucidez ni realismo. Es una hipótesis infundada. Y puede provocar en muchos casos una profecía autocumplida: el hecho de que pienses de que algo irá mal altera tu comportamiento hacia ese algo y provoca que al final sí que salga mal. Muy relacionado está el tercer tipo de mentira, en el que la depresión te cuenta que las cosas habrían sido mucho mejores si no hubieras actuado de determinada manera o hubieras hecho aquello otro. Ella no lo sabe en realidad. Es pura verborrea.

Y quedan dos tipos de mentiras más. Por un lado, aquella relacionada con la lectura de la mente de los demás. En palabras de Gerlach, “a la depresión le encanta contarte lo que piensan los demás: por lo general el mensaje es que las personas piensan negativamente sobre ti”. Pero, nuevamente, no tiene ni idea de la realidad. No puede saberlo. Y mucho menos con esa seguridad. Por otro lado, y esta es probablemente la mentira más peligrosa de todas, está el discurso de que todo será malo para siempre. “Su ambiente favorito es una especie de paisaje fatalista lleno de horribles predicciones y negatividad al absurdo”. No le compres el rollo. Es tu depresión. No eres tú quien piensa así.