Marta Peirano: 'Si a una aplicación le das acceso a tu galería va a coger todo tu disco duro'

Para ser gráficas: tenemos sobrepeso y obesidad mórbida de redes sociales. Lo explica la periodista Marta Peirano en su libro El enemigo conoce el sistema

A Marta Peirano te gustaría leerla con los ojos cerrados y escucharla con los oídos tapados, igual que hacen los niños cuando el asesino de la película aparece en la escena con el cuchillo en la manos y sabes que la victima ya no puede escapar. Pero al final siempre acabas entreabriendo un ojo porque en el fondo quieres ver y quieres saber. Pasas las páginas con ansiedad porque vas entrando en una red pegajosa de la que no puedes escapar. "Todo el mundo me dice que se ha leído mi libro y que es horrible", dice. Tan horrible que El enemigo conoce el sistema Debate lleva cuatro ediciones en solo un mes. Marta habla de todo esto en el Sónar de Barcelona justo en la semana en que FaceApp ha llegado a nuestros móviles. Acabamos hablando de cómo todas las aplicaciones acabarán incrustadas en nuestro cerebro y los sensores, en nuestras neuronas, pero paso a paso.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Código Nuevo: ¿Ya tienes tu foto de cómo serás a los 75 años?

Marta Peirano: No. ¿En serio no eres capaz de vincular el #TenYearsChallenge de hace seis semanas con esto que es lo mismo pero al revés? Estos retos virales que te piden rellenar unos campos como hace diez años, ahora; antes, después... son proyectos para entrenar algoritmos para detectar cuáles son los patrones de, en este caso, envejecimiento de la población. Un millón de personas alimentan el algoritmo con fotos y ese algoritmo puede imaginar cómo será cualquiera dentro de diez años porque ha detectado los patrones de arrugas, de cómo se transforman los músculos, cómo cambia de color la piel... Hay que preguntarse a quién le interesan esos patrones de envejecimiento: ¿a las marcas de cosméticos? ¿a los seguros médicos? ¿a los cirujanos plásticos?

CN: Cuando le das acceso a tu galería, ¿accede a todas tus fotos para saber cómo te cambia la cara en distintas situaciones o solo a la foto que subes?

MP: Si tú a una aplicación le das acceso a tu galería, le das acceso a tu galería. Va a coger todo tu disco duro, ¿por qué no iba a hacerlo? Tiene tu cara en todas las condiciones que necesita para reconocerla en cualquier contexto. No solo sabe tanto de nosotros como para saber cómo vamos a envejecer a nivel individual, sino de nosotros como humanos que cambian siguiendo unos patrones. Sabe cómo evolucionamos específicamente a lo largo de diez años porque le hemos dado suficientes ejemplos. Eso sirve a muchas industrias en muchos momentos de ahora y del futuro.

CN: ¿Por qué nos da miedo el futuro?

MP: Aunque cada vez dependemos más de la tecnología, cada vez sabemos menos de cómo funciona. Es operada cada vez por empresas más opacas, remotas y supranacionales. Pagan unos pocos impuestos en un sitio, obedecen a la legislación de otro sitio, dan explicaciones en un tercer sitio y contratan usuarios en un cuarto sitio. Son entidades que dependen de su propia opacidad para operar.

CN: Tú hablas de un enemigo, en contraposición al resto de los mortales; de un conocimiento, en oposición a nuestro desconocimiento y hablas de un sistema, ¿ese sistema qué es exactamente?

MP: "El enemigo conoce el sistema" es una cita de Claude Shannon. Él la usó para explicar que no puedes hacer que la resistencia a un sistema dependa de su opacidad porque el enemigo siempre lo conoce. Yo la utilizo en otro sentido: aquel que controla el sistema porque lo ha construido y no comparte el conocimiento con quienes lo usan siempre va a ser el enemigo. El control absoluto y exclusivo del sistema genera regímenes autoritarios. Cuando alguien lo ve y lo controla todo, ese poder deriva en autoritarismo.

CN: ¿Por qué le damos 150 veces al día al botón de encender el móvil?

MP: Somos adictos a las aplicaciones. Pensamos que somos adictos al contenido, pero no. Yo soy adicta a las noticias y a la información porque soy periodista y desde el ataque a las Torres Gemelas el mundo puede cambiar en cuatro horas. Eso es lo que me digo a mí misma, pero soy adicta a la aplicación. Hay millones de personas que usan la aplicación para otras cosas y dicen "soy adicta a los deportes", "soy adicta a la nutrición", "soy una persona con un fuerte sentido de la familia y necesito en todo momento saber dónde están mis hijos y mis sobrinos", o "quiero quedarme embarazada y necesito estar controlando el estado de mi ciclo menstrual, las cosas que ingiero y cuál es la temperatura de mi cuerpo"... Todos usamos las mismas aplicaciones diseñadas para optimizar el tiempo de engagement porque el engagement genera datos. Somos adictos a las aplicaciones porque la adicción genera datos.

CN: ¿Qué tiene que ver Instagram con una tragaperras?

MP: Hasta ahora las tragaperras eran el diseño más adictivo conocido. Ahora tenemos un diseño más adictivo. Todo el mundo está en su móvil creyéndose súper productivo y vinculado a su trabajo y eficiente, cuando en realidad está usando una tragaperra de bolsillo.

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CN: ¿Qué genera un like en mí?

MP: Un chute de dopamina. Algo que has hecho o algo que tú eres una foto, un trabajo, un pensamiento ha generado la aprobación de al menos un humano y eso te genera una satisfacción inmediata. Y en el momento en el que tienes el primer chute dopamina, quieres el segundo. En la industria del juego la fórmula de al adicción se llama "event frequency". Cuanta más frecuencia puedas encajar en el menor espacio de tiempo, más adicción generas. En las máquinas tragaperras tú estás jugando a cinco juegos a la vez. Puedes estar perdiendo en cuatro, pero ganando en uno, así el síntoma de que lo estás haciendo bien un rindindindin que te dice que has ganado, ocurre muy a menudo. Ese circuito tan corto te genera adicción. Los likes son lo mismo. Cuando ves que tienes un "me gusta" en Twitter, lo siguiente que haces es tirar para ver si tienes más. No hay ninguna relación entre tu gesto y el juego, pero tu cerebro piensa que sí. 

CN: ¿Qué hace que yo tenga 1.000 o 10.000 seguidores?

MP: No lo sabemos. Cuando tienes más de 1.000 seguidores, ¿eres capaz de decir cuántos son personas reales? ¿Conoces a los 15.000 seguidores que tienes en Twitter? Esta sensación de atención y de reafirmación que te dan los seguidores ha sido hackeada por agencias de desinformación porque saben cómo te hacen sentir. Están jugando con tus sentimientos. Las granjas de trolls utilizan tu necesidad de aprobación para hacerte hacer cosas porque cuando tú haces algo y genera muchos likes o seguidores, lo que registras es que has hecho algo bien. Y vuelves a hacerlo.

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CN: Hay un contenido que nos gusta mucho a los humanos: el sexo, ¿por qué nos impiden acceder a él?

MP: La moderación de contenidos es uno de los temas más delicados ahora mismo. Primero, ellos deciden qué es legítimo y qué no y delimitan la libertad de expresión. Y, segundo, muestran quiénes son los clientes y dueños de la red social. No son los usuarios, son las marcas las que no quieren ver su branded content al lado de un pezón o una imagen que pueda ser considerada pornográfica.

CN: Dices que cuando el cuenco no tiene fondo tomamos un 73% más de sopa.

MP: Así funciona el consumo de las redes sociales. Es infinito porque el contenido es infinito. Cuando leíamos un libro, había final de capítulo, páginas... la red social no tiene páginas y está diseñada para que sigas tirando del hilo y que no se acabe nunca. Los humanos no estamos cableados para la abundancia, estamos genéticamente programados para gestionar la escasez. Cuando algo es abundante, nosotros de manera natural lo consumimos más porque no sabemos cuándo vamos a volver a tener comida disponible. Estamos consumiendo mucho más de lo que necesitamos. Caes en el agujero del conejo en el que empiezas a circular de Twitter, al mail a Facebook, luego Instagram y cuando acabas no sabes qué querías hacer y vuelves a empezar ese círculo infinito. Solo se acaba cuando alguien te dice "¿qué haces?" o tú mismo te preguntas "¿qué estoy haciendo si llevo una hora?".

CN: Tenemos sobrepeso y obesidad mórbida, ¿se sabe cómo afecta a los niños?

MP: Igual que a los adultos, solo que los adultos tienen estructuras. Un niño que pide el móvil y no se lo dan es como un yonqui pequeñito. Los niños no soportan aburrirse. Y habría que ver cómo les acaba afectando no tener cinco minutos para aburrirse.

CN: Facebook está regalando Internet en lugares donde no había. La libertad se ha disfrazado de algo gratis. Es decir, te ofrecen un producto y te dan la sensación de que tú puedes elegir.

MP: El proyecto de Facebook en países en vías de desarrollo me parece crucial porque todos esos países donde no hay infraestructura de telecomunicaciones son barra libre para empresas como Facebook, que ahora tiene a cientos de millones de personas accediendo a la red exclusivamente a través de sus aplicaciones. Para esas personas Internet es Facebook. No tienen acceso al mundo del conocimiento universal, sino a la versión del mundo de Facebook, lo que los hace consumidores perfectos porque Facebook lo sabe todo de ellos y, además, les dice cómo es el mundo, qué necesitan y dónde pueden conseguirlo.