Cómo planificar los gastos en pareja: ¿compartir dinero o cuenta independiente?

Todo depende de los valores y de las circunstancias de cada relación

Andrea Vicente es una terapeuta de parejas que comparte en redes sociales algunas de sus experiencias profesionales más interesantes y que más debate pueden generar. Y la última ha encendido internet: en una de las parejas que acuden a su consulta se da una disparidad enorme en cuanto a los ingresos y él, que gana más, se empeña en que los gastos deben ser afrontados a medias. Ella, por su parte, termina llegando al final del mes muy justita y por supuesto sin posibilidad ninguna de ahorrar. Para la mayoría de usuarixs, es una situación totalmente injusta que debería cambiarse por un reparto proporcional de los gastos. La pregunta es: ¿es tan sencillo como eso o hay muchos matices?

La realidad es que los hay. Al fin y al cabo, todo depende de la concepción de las relaciones románticas que tenga cada unx. ¿Eres de quienes piensan que dentro de una pareja no debería haber “tuyo” y “mío”? Entonces estarás de acuerdo con el reparto proporcional de los gastos. O, incluso más allá: con el hecho de ingresar todo el dinero en una cuenta común y hacer uso de él indistintamente sin pensar qué parte viene de la nómina de unx y de la nómina de otro. Es el sistema que utilizaban la mayoría de nuestros padres y de nuestros abuelos. Las metas, contar con dinero para viajar juntos, comprar una casa o tener un bebé son conjuntas, así que no hay razón para que la pasta vaya por separado.

Beneficios de la independencia financiera

Pero no todo el mundo tiene esta concepción: hay quienes prefieren mantener la independencia financiera, y por tanto la independencia en otros aspectos, dentro de las relaciones. Y sí, puede que sea menos romántico, menos fílmico, pero es totalmente legítimo y comprensible. No obstante, aquí hay matices: una cosa es que ambas partes ganen diferente pero lleguen bien a los gastos y otra muy diferente que una parte se esté ahogando financieramente. Aquí la empatía y el amor deberían estar por encima del deseo de independencia. No para ir contra tus valores y juntar todo el dinero, pero sí para echar una mano y poner un poco más cuando consideres oportuno. Es sentido común.

En cualquier caso, hay una tercera solución que prácticamente nadie contempla: ajustar los gastos a los ingresos de quien cobra menos. ¿Una de las partes no puede permitirse cenar fuera tres veces por semana, hacer un viaje transatlántico al año o vivir en un barrio chic de Madrid? Pues la otra parte sacrifica esos privilegios y se adapta a las posibilidades. Y obviamente sin malas caras ni frustraciones. Además, debe apoyar a su pareja en los intentos de crecimiento profesional que pueda querer hacer. Estar ahí al lado. Ayudarle de la manera que pueda a que su situación económica mejore. Unx buenx novix no desea que su pareja gane menos. Todo lo contrario. Y tú, ¿cómo lo ves?