Es verano, hace calorcito y estás contando los días para escaparte a alguna playa lejana a disfrutar el solete y dar mucha envidia en Instagram. El problema es que encontrar un lugar paradisiaco que no esté a petar de gente o que no se haya convertido en mainstream no es una tarea nada fácil. Aun así, todavía existen esos sitios en los que la mayoría de personas son gente del lugar o, por lo menos, no están hasta arriba de güiris alemanes, británicos, franceses, belgas, etc.
Gracias a nuestros contactos en ese pequeño paraíso mediterráneo de Menorca estás a puntito de conocer las cinco calas que todavía tienen un pie y medio fuera de la masificación. Lugares que te permitirán relajarte y ‘posturear’ sin tener que preocuparte demasiado de ir y hacer exactamente lo mismo que tus miles de contactos de Instagram. O simplemente que te da una pereza extrema estar tan ricamente tumbada/o con los pies de la persona de al lado a centimetros de tu cara.
Es Calò Blanc
Esta pequeña cala adosada a la urbanización de Binissafúller, al sur de la isla, apenas tiene 25 metros de longitud y seis de ancho pero te prometemos que difícilmente habrá más de una decena de personas allí aunque sea en pleno agosto. Frente a tus ojos una coqueta bahía rodeada de rocas en la que tampoco tendrás demasiados veleros o yates fondeando. Un remanso de paz de aguas cristalinas y con un aparcamiento de tierra a escasos metros. Ojito porque los aviones te pasan bien cerquita.
Cala Presili
Situada en la parte norte de la isla y también conocida como Capifort, es una de las primeras playas a las que podrás acceder desde el Faro de Favàritx a través del Camí de Cavalls. El lugar es tan ‘minimal’ que no tiene ningún servicio así que mejor irte con lo necesario y con cierto espíritu de hacer senderismo puesto que lo más probable es que te quieras acercar a la Cala Tortuga que está a unos 1.200 metros. También es probable que te encuentres gente tal cual vino al mundo porque suele estar frecuentada por nudistas.
Cala Escorxada
Quizás uno de los lugares más ‘paradise’ del Mare Nostrum y de lo mejorcito en la zona sur de la isla. Su arena fina y blanca, sus aguas turquesas y el verde de los pinos que la rodean crean un clima muy de stories. El único problema que se le puede poner a esta maravilla es que para llegar allí te tendrás que pegar un pateo de 50 minutos bajo el sol y que en los días en los que sopla el viento podrías encontrarte bastante oleaje. Lo suyo es llevarte la bici y aprovechar para hacerte una buena ruta hasta allí.
Cala Es Talaier
Considerada por muchos la mejor playa del sur. Su acceso se hace desde el párking de Son Saura y tras una caminata de unos 20-30 minutos, dependiendo del ritmo. Muy familiar y paradisíaca se trata de una de esas calas en las que no tendrás que aguantar demasiadas molestias más allá de alguna cabra y los típicos yates fondeando. Una buena idea es llevarte buena cantidad de agua porque el regreso al aparcamiento se puede hacer eterno si no vas preparado/a.
Cala Pilar
Para acabar con un poco contraste después de tanta arena blanca, esta cala entre Ferrareis y Ciutadella te ofrece su espectacular arena dorada y las paredes rojizas de arcilla de las colinas que la envuelven. Con unos 240 metros de largo y 30 de ancho el viento suele pegar bastante fuerte pero vale la pena si te gusta sentirte en la naturaleza más virgen y rodeado/a de bosque y dunas. Una de esas que no te puedes perder.