La secta nudista que vive entre cadáveres, come carne humana y bebe en cráneos

Esta secta india reza al dios de la destrucción y a su mujer, y viven en cementerios y crematorios

Viven desnudos entre cadáveres y junto a los cuerpos sin vida hacen todo lo que se esperaría de un ser humano: meditar, comer, tener sexo, fumar marihuana... Rodeados de muerte, viven de forma extrema, comiendo carne humana, heces y bebiendo en sus cráneos. Son los Aghoris, una meditarindia que vive al margen de la sociedad, que adora los dioses de la muerte y la destrucción Shiva y su consorte Shakthi y que normalmente se les encuentra en los campos de cremación y en los cementerios. 

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La televisión pública británica, la BBC, se adentra en esta secta a través del libro se adentra que explica sus raíces, motivos y tradiciones. Explica que todas estas macabras costumbres tienen un mismo origen, "asumir los tabúes obvios y romperlos. Rechazan las nociones normales de bueno y malo". Es por eso que practican estas locuras y peligrosidades. "Creen que al hacer estas cosas que otros evitan, alcanzan un mayor estado de conciencia", es decir, que les conecta a la vida y a la divinidad de una forma más cruda y real al actuar de forma que otras personas rechazarían.

Otro motivo para su estilo de vida es que los Aghoris, como rompen con lo que está bien y lo que está mal, no tienen consciencia moral y consideran que la naturaleza es toda igual, la manifestación de un ser supremo. Son panteístas: Dios está en todas partes y todos los seres. "Por eso no hacen una distinción entre la carne de un animal sacrificado y la carne humana. Comen lo que hay", explica el artículo. Irónicamente, tienen un tabú: aunque no hacen distinción entre vivos y muertos a la hora de tener sexo —muchos practican indistintamente la necrofilia—, el sexo entre hombres está estrictamente juzgado y prohibido. 

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Estos Aghoris suelen vivir aislados, apartados de toda vida y rompen los vínculos con su familia y amigos. Solo salen de sus escondites "cuando tiene lugar la festividad india del baño llamada Kumbh Mela", un peregrinaje multitudinario que se realiza cada aproximadamente tres años. Según apunta la BBC, en toda India —con una población de mil millones de habitantes—, deben haber unos miles de Aghoris. Una cantidad ridícula para toda la población del país. Por eso, muchísimos indios no están acostumbrados a su presencia, y debido a todos los rumores que corren de sus prácticas, creen que es muy desagradable y de mala suerte encontrarse con uno cuando salen a hacer la peregrinación.

Pese a lo peculiar de su existencia, también tienen una función social. "Los Aghori están trabajando con aquellos que se consideran las personas más intocables de la humanidad", cuenta el antropólo Ron Barrett a la BBC. Trabajan con leprosos, una enfermedad que te condena a vivir al margen de la sociedad india, marginado por miedo a que seas una epidemia. Probablemente porque la mayoría de Aghori son intocables la casta más baja del país, que prácticamente no tiene derechos y que sufre constante discriminación, creen en la igualdad de todos los seres vivos y no tienen miedo a cuidar de estas personas enfermas y marginalizadas. Una secta que, por lo tanto, a pesar de sus excentricidades ha conseguido un poco de bienestar social.