El robot de cocina de Lidl ya sabe con quién te vas a liar este finde

El internet de las cosas permite que los objetos lleven tecnología para mejorar tu experiencia... a cambio de una gran dosis de espionaje

Ya no nos pilla por sorpresa o, al menos, no tanto. La primera vez que supimos que Facebook acumula nuestros datos para venderlos o que cada búsqueda que hacemos en Google acaba convirtiéndose en un anuncio de un tema similar en nuestro teléfono alucinamos un poco. Pero con la excusa de que así solo nos llega la información que nos interesa hemos acabado cediendo toda nuestra información a multinacionales sin oponer la mínima resistencia.

Luego llegaron objetos como Alexa que, estando en tu salón siempre dispuestos a facilitarte la vida, son también un micrófono abierto a tu intimidad. También los móviles, que nos acompañan adonde vayamos. Y bien, ahora dos franceses acaban de descubrir que hasta el robot de cocina tipo Thermomix que vende Lidl, el Monsieur Cuisine de Silvercrest, también tiene grabadoras incrustadas en su motor. Aunque los micros del aparato están inactivos, este descubrimiento no ha sentado nada bien a los usuarios, sobre todo después de una campaña brutal y un éxito en España y en Europa desde que salió a la venta hace apenas 10 días. Vale 359 euros, frente a los 1.200 que puede valer la Thermomix original.

 

El escándalo viene de Francia, donde el portal Numerama sacó a la luz el descubrimiento de dos ciudadanos con conocimientos de informática amateur que, por curiosidad, le dieron la vuelta a la pantalla que lleva el aparato y descubrieron esos micros que, según el artículo, podrían ser susceptibles a ataques. La pantalla frontal del aparato sirve para buscar recetas y para gestionar los tiempos de cocción. Los dos hombres descubrieron que el teclado que lleva el Monsieur Cuisine es de Android... de hecho, un alemán también descubrió cómo hackearlo para convertirlo en una tablet normal. Así, mientras cocina, puede ver un vídeo en Youtube.

Durante el proceso, los hombres activaron un micrófono que no está anunciado en la presentación del producto. Aunque puede parecer que el fabricante del asistente de cocina usó la tablet tal y como venía de fábrica, Numerama asegura que el micro fue extraído de su lugar original y situado en otra zona del Monsieur Cuisine, que además tiene huecos en su carcasa para la entrada y salida de sonido.

El resto son tecnicismos en los que no vale la pena entrar, pero aunque es verdad que llega desconectado de fábrica, el micrófono está allí y es susceptible a ser activado y poner en riesgo nuestra intimidad una vez más. Las marcas se están inventando todo lo que está a su alcance para conocer nuestros comportamientos y necesidades para mandarnos publicidad personalizada. Es una información que vale oro y que llevamos tiempo regalando. Tal vez sea hora de frenarlo y preocuparnos por lo que realmente vale cada uno de nuestros clics.