Cuidado con lo que digas, tu móvil te está escuchando

El youtuber Mitchollow y la periodista de la BBC, Zoe Kleinmann, descubrieron que sus teléfonos móviles escuchaban y analizaban sus conversaciones

No importa si estás hablando de ir al concierto de Nathy Peluso, si planeas regalarle el último juguetito erótico a tu pareja o si le has comentado al vecino del quinto la escapada de fin de semana que piensas pegarte en cuanto ahorres unos euretes. En cuestión de horas, tal vez minutos, un pollón de goma, un hotel en la Costa Brava y una oferta de entradas para el concierto de Peluso aparecerán en los anuncios que bombardean tus redes sociales y páginas web que visitas.

Es Google y te escucha. Te mole o no la idea, vives rodeado de micrófonos las 24 horas del día y ahora mismo es muy posible que el que lleva instalado tu móvil esté escuchando hasta el ritmo de tu respiración. Y no, no es una conspiración, no son los Illuminati de Baviera ni el Nuevo Orden Mundial, es algo tan simple como que el asistente de Google almacena audio incluso cuando no estás conectad@ para enviarlos a los servidores de al empresa. Todo con el único objetivo de ofrecernos publicidad a medida.

Lo han demostrado 

Una información por la que muchas empresas están dispuestas a pagar auténticas millonadas pero que, para ser obtenida, Google se ha tenido que pasar tu derecho a la privacidad por el forro. Así lo comprobó recientemente el youtuber Mitchollow durante un directo en la popular plataforma de vídeo que, por cierto, también es propiedad de Google. Su experimento fue simple: hablar delante de su portátil sobre juguetes de perros y comprobar si a continuación se le ofrecerían en las publicidades.

Bingo. Después de un par de minutos hablando de ello los anuncios comenzaron a emerger como las setas. Algo más heavy le ocurrió a la periodista de la BBC, Zoe Kleinman. Mientras estaba planchando la ropa y con el móvil en la mesa, su madre le dio la terrible noticia de que un amigo de la familia había fallecido de un accidente de moto en Tailandia. Cuando se recuperó del shock y utilizó Google en su móvil, una de las sugerencias de búsqueda era “Motorbike accident, Thailand”.

“Estaba el shock, sabía a ciencia cierta que no había utilizado mi móvil en todo ese tiempo porque mis manos estaban ocupadas. Pero al contárselo a otras personas me di cuenta de que a casi todo el mundo le había ocurrido algo similar”, relató en su artículo en el que llegó a conversar con los responsables de Google y Facebook que negaron tajantemente que sus compañías utilicen este tipo de tecnologías para recolectar información de sus usuarios. 

Tus datos son el negocio del siglo

Para el jurista especializado en protección de datos y consultor en la empresa EPrivacidad.es, Samuel Parra, no existe duda de que algunas compañías muy potentes están utilizando tu móvil para saber qué piensas: “Yo mismo he experimentado esta situación: estar hablando en casa sobre filtraciones de agua y esa misma noche aparecer anuncios de empresas de mi ciudad que arreglan filtraciones de agua”.

Sin embargo, lo que a él le inquieta no es si lo hace o no —en eso no hay debate—, sino para qué lo hacen: “Habría que preguntarle a Google porque realiza estas grabaciones sin tu consentimiento, pero piensa en lo poderoso que sería saber lo que la gente habla en su intimidad con sus compañeros de trabajo, amigos, o parejas. Podrán hacer un perfil muy acertado sobre nosotros y dirigir una publicidad mucho más segmentada”. 

Es más, según Parra, Google “podría estudiar patrones de conducta, comportamiento, movilidad, etc.”, lo cual es fácil de comprobar accediendo al menú MyActivity de tu cuenta de Gmail en Google. Allí, como por arte de magia, aparecerán varias grabaciones de audio random que tu móvil ha hecho en los últimos meses, además de todas tus ubicaciones GPS en cada día de los últimos años, tus opiniones en la red, encuestas, páginas visitadas… es decir, toda tu vida digital y no digital. 

Inmoral e ilegal

Pero, ¿es esto legal? ¿bajo qué pretexto el micrófono de tu móvil puede activarse y grabar audio sin que tú lo consientas? “Naturalmente no es legal que nuestros dispositivos móviles, a través de una aplicación de terceros o del propio sistema operativo, grabe nuestras conversaciones privadas. Es más, tampoco sería posible esta situación aunque el usuario, en algún momento, hubiera consentido unas políticas de privacidad o condiciones de uso en las que se indicara que sus conversaciones privadas serían grabadas”, responde tajante el jurista.

En este sentido, Parra argumenta que “la Constitución española consagra el derecho fundamental al secreto de nuestras comunicaciones no siendo necesario ni que lo que comuniquemos sea ‘un secreto’, aplicándose este derecho a la comunicación con independencia de su contenido”. Y añade: “como derecho fundamental que es, tiene unos mecanismos de defensa y protección, especialmente en el ámbito penal, que según el caso podría llevar aparejada una pena de prisión de cuatro años”.

Vale, pero sabiendo que no estamos en posición de iniciar una demanda multimillonaria contra una de las mayores compañías del mundo, la cuestión es: ¿qué puedo hacer para que mi móvil no se convierta en mi mayor espía? Lo primero, según el experto, es ser más consciente del uso que hacemos de él: “Ser conscientes de la información que compartimos por Internet o en nuestras aplicaciones móviles y saber que lo que compartimos simpáticamente hoy quizá puede ser que en el futuro no queramos que esté en Internet y sea demasiado tarde”.

Se puede hacer algo, pero poco

Es por ello que Parra recomienda “evitar en la medida de lo posible utilizar servicios que no necesitemos o no nos aporten nada a nuestras vida” ya que “no pasa nada si uno no está en todas las redes sociales” y añade que lo suyo sería “centrarse en aquella en la que creas que puedes compartir y recibir información o datos de interés”. Por otra parte, el consultor en privacidad digital recuerda la importancia de “proteger nuestro pasado digital” a modo de “barrera ante los ataques a nuestra privacidad”. 

Parece ser que lo de colocar una pegatina o una tirita en la cámara del portátil ya está muy pasado y de poco nos va a servir. Tampoco lo haría tapar el micrófono del móvil porque además lo necesitamos para hacer llamadas y notas de voz, pero para Parra todo pasa por comenzar a protegernos de alguna manera. “Es cierto que poco podemos hacer ante esta sociedad hipervigilada en la que cualquier cacharro se convierte en una cámara o en un micrófono, pero no hacer nada es todavía peor”, concluye el experto. 

Como has visto, no hace falta irte a la serie Black Mirror para darte cuenta de que vivimos en una sociedad en la que tu privacidad es una ilusión y, lo que es mucho peor, un negocio. Nadie duda de que tu smartphone es una de las herramientas más útiles y necesarias para tu día a día, pero eso no significa que no debas tomar conciencia de que ese aparatito que llevas todo el día encima podría saber más de ti y tus hábitos que tú mismo. Sin caer en la paranoia, ser consciente de esto y aprender a evitar que te afecte negativamente siempre será de ayuda.