España, cada vez menos religiosa: ya hay más ateos que católicos

La población española es cada vez menos católica, y el CIS lo confirma: un 29% de los españoles ya no creen

Que España está en retroceso en cuanto a su religiosidad no sorprende a nadie. Las iglesias, que hace dos generaciones estaban llenas cada domingo, ahora solo son meros escaparates turísticos o fetiches para los amantes de la arquitectura. Los jóvenes ya nunca van a los templos de Cristo, solo en bautizos, comuniones o bodas. Pero, incluso, hace apenas 20 años era muy difícil conocer a alguien no bautizado: ahora es muy, muy normal.

Quizá pensabas que la pérdida de religiosidad era solo tu impresión. Pero no, los datos del CIS lo confirman, ya hay más personas ateas o no creyentes que católicos practicantes. En concreto, un 22,7% de la población es cristiana y va a misa, mientras que un 29% es agnóstico, ateo o no creyente. Sin embargo, el grueso poblacional todavía sigue siendo católico aunque no practicante, vamos que no pisa una iglesia en años, con un 44,7%.

España, además, es el país europeo con una mayor caída en número de feligreses, según los datos del centro de estudios Pew Research Center. Según Pew Research Center, esta caída se debe a que, como Franco asimiló nacionalismo a identidad religiosa en España, todos sentían la religión como algo propio e inherente, nadie lo ponía en duda. Sin embargo, con la secularización que vino en la transición, la gente empezó a replantearse esta imposición y a identificarse con otras corrientes no-creyentes.

Un proceso inversamente proporcional a los países comunistas, en los que estaba perseguido el catolicismo y que, tras la caída del telón de acero y la Unión Soviética, empezó a subir como la espuma el número de personas que públicamente manifestaban su religión y la compartían con sus allegados en Ucrania, Bielorrusia y Letonia, por ejemplo, la cristiandad subió un 10%, al contrario en España que desde los 80 ha bajado más de un 30%.

Aunque España haya perdido religiosidad, “todavía es mayor que en otros países del occidente europeo, como Suecia, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos, Reino Unido, Francia o Alemania”, añade El País.

El CIS, además, añade que solo el 2,3% se considera de otra religión diferente a la católica. Un dato que demuestra que los argumentos de la ultraderecha y los partidos xenófobos que hablan en tonos alarmistas de “invasiones musulmanas”, “conquistas culturales” o “pérdida de la identidad española y católica” por la inmigración no son más que bulos sin fundamento estadístico. En resumen, “casi tres de cada diez ciudadanos no quieren saber nada de la Iglesia católica”, los argumentos.

Esto, según el medio digital, debería despertar un debate: la relación del Estado con la Iglesia. “Se da una situación de privilegio para la estructura católica, consagrada en los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979 que aseguran, entre otras cosas, un flujo económico ininterrumpido desde las arcas públicas a la Conferencia Episcopal Española. De hecho, la Iglesia católica utiliza la mayoría de los casi 270 millones de euros que le llegan por el IRPF a mantener su estructura eclesial: sueldos de sacerdotes y obispos además de cuotas a la Seguridad Social una pequeña parte va a Cáritas y al canal de televisión Trece”.

Es decir, ¿debería seguir recibiendo tanto dinero del Estado un ente con el que una parte importante de la sociedad no se siente para nada identificada y representada? El artículo apunta a que toca revivir este debate, ya que la posición actual de la Iglesia solo se puede describir como privilegiada.

Por último, los datos aportan algunas curiosidades: Cataluña es la comunidad menos católica. Tiene solo un 10% de católicos practicantes por lo tanto, el 90% de personas no va a misa y un 43% de agnósticos, ateos o no creyentes. Si a los católicos se suman los no-practicantes superarían por poco la cifra, con un 51%. Es decir, en Cataluña solo la mitad de personas se consideran cristianas, a pesar de que todas pagan dinero a la Iglesia.

Por detrás de Cataluña está Euskadi, que le sigue los talones en nivel de ateísmo y agnosticismo. Por detrás, la Comunidad Valenciana y Madrid. En definitiva, las comunidades con algunos de los mayores núcleos urbanos del país son las menos creyentes.

Por el lado contrario, la comunidad más católica es La Rioja, con el 90% que aseguran profesar la fe. Le siguen de cerca Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Andalucía, que junto a La Rioja son las más creyentes.

Finalmente, destaca el caso de Ceuta y Melilla, las ciudades autónomas del norte de África que tienen un porcentaje de adhesión a otra religión casi tan alto como el de la cristiana. Por ejemplo, Melilla tiene el mismo porcentaje de “otras religiones” como de católicos no practicantes. Unos números que reflejan el peso demográfico de las comunidades musulmanas en la ciudad.