Consejos para poder seguir siendo joven después de ser padre

A pesar de que tu vida cambiará por completo, es importante que sigas intentando ser amigo y pareja además de padre

Cuando el test de embarazo sale positivo, tu corazón da un vuelco. No importa si era buscado o no; tampoco que decidáis tenerlo o no. Ni siquiera que llevarais meses intentándolo. En el momento del sí, en ese preciso instante en que aparecen dos rayitas en el dichoso test, te das cuenta de lo que has hecho. Porque, aunque algunos digan que sí, la gran mayoría estará de acuerdo conmigo en que cuando tomas consciencia de que un pequeño ser llegará a tu vida, caes en la cuenta de que lo más probable es que no estés preparado para ello. Yo lo quería, lo estaba buscando y lo tuve, y te voy a contar cómo intento seguir siendo Jaime además de ser el padre de Bosco.

Tus planes, tus amigos y tus garitos te echarán de menos

Cuando nace tu hijo, tu universo se reduce a una habitación. En parte, quieres que eso pase y ahora que ha sucedido tampoco hay otra opción. Todo lo que ocurre durante los primeros meses es algo que jamás habías vivido y que te resultaba imposible imaginar. Te conviertes en un zombie que solo es capaz de realizar tareas repetitivas y mecánicas que no requieran un esfuerzo mental. Te sientes más cansado que en la peor época de exámenes. De hecho el cansancio de esos años, junto a los trabajos de profesor particular y camarero en un bar de copas, podrían resumirse a lo que sientes en un mismo día.

Te sorprendes a ti mismo viviendo con turnos de sueño de hora y media bastante intermitentes, y te preguntas cuál es el límite físico del ser humano. Créeme, nadie o casi nadie ha muerto de cansancio en los primeros meses de paternidad. Es más, si tu hijo es de los que acaba durmiendo del tirón por las noches, incluso conseguirás superar los primeros meses con aires de victoria.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Buenos días! ☀️😁 #desdebienprontito #morning #felizsabado #todosjuntos #love #feliceslos3 #instababy #igers

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Ahora bien, un par de consejos para esta nueva etapa: no cometas uno de los mayores errores de tu vida manteniendo este estado de hibernación social de forma perenne, porque tu gente y tus garitos te echan de menos, sí, pero tú los vas a necesitar, y aunque ahora todo conlleva un esfuerzo más, tu salud mental lo va a agradecer. En mi opinión, no es sano ser de esos que renuncian a toda su vida en favor del nuevo estatus de padre. Los hay, son muchos y creo que están equivocados, porque se convierten en personas que no eran antes, y creo que son personas menos felices y hacen menos felices a sus seres queridos.

Se puede ser padre y amigo. Se puede ser padre y jugar en un equipo de fútbol todas las semanas. Se puede ser padre y tomarte unas copas de vez en cuando. Eso sí, enmarca esta frase que te va a pasar por la cabeza cada semana: “me gustaría estar lo cansado que estaba cuando no tenía hijos y creía que estaba cansado”. Te va a acompañar durante mucho tiempo.

Lo has hecho tú y depende de ti para sobrevivir

Lo más flipante de ser padre es poder pararte un minuto, solo un minuto, y darte cuenta de que has 'creado vida'. Que desde hace unos días, unas semanas o unos meses existe en el mundo un nuevo ser vivo que lleva tus genes y que depende de ti para sobrevivir. Es una sensación que casi nadie acierta a describir con palabras, es algo que hay que vivir. Una mezcla de satisfacción, orgullo, responsabilidad y terror.

Sobre todo porque hace cuatro días estabas vomitando en un portal con una borrachera de vergüenza, conduciendo como un piojo, olvidando las llaves de casa en cualquier sitio y sin mayor responsabilidad que pagar la gasolina del coche. Ahora, y de repente, tienes que encargarte las 24 horas de un ser que lo único que sabe hacer por sí mismo es respirar.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

💤💤💤preocupadisimo #22dias #inlove #baby #agustisimo #yoquierodormirasi #bosco #pic #instababy #minigato

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Cuando entras de lleno en esta etapa de la vida se abre ante tus ojos una puerta hacia el abismo y un cable que cruza al otro lado del que no ves el extremo final. La vida del padre es un caminar constante sobre ese cable: un alambre de responsabilidad y miedo, en el que te mueves con los ojos vendados y sin saber cuánto queda ni qué habrá al otro extremo. Cuando tienes un examen de conducir, de la universidad o una prueba de cualquier tipo, existen manuales, libros y personas que te indican qué es lo que debes saber o aprender para aprobar. La paternidad no tiene nada de eso y no existen los aprobados o los suspensos. Y eso es difícil de asimilar.

Tu vida va a girar en torno a Google Calendar

Una vez que pase la primera etapa de 'arresto' domiciliario, cuando todo se empiece a 'estabilizar' y fusiones la paternidad con el trabajo y con un ritmo más o menos normal de vida, se abrirá ante ti el universo del 'todo planificado' que va a ser necesario para tu supervivencia: busca una app de calendario que puedas compartir con tu pareja, en la que ambos podáis añadir y consultar cosas porque, si no, se te va a ir la olla y vas a fallar a la mayoría de citas que tengas. Cuando nació tu bebé, tu universo se redujo a unos pocos metros y tres o cuatro acciones diarias repetidas hasta el aburrimiento y ahora, de repente y sin que nadie te avise, el universo ha decidido expandirse al triple de lo que era antes de ser padre. 

Cada semana hay algo nuevo. A tu trabajo y tus obligaciones personales hay que añadir ahora los ‘must’ del mundo bebé: citas con el pediatra, reuniones de padres en la guardería, vacunas y visitas a los abuelos; porque ahora —de la noche a la mañana, cómo no— tus padres y tus suegros quieren verte todas las semanas sin falta, para ver "qué tal todo”. La realidad es muy distinta: si pruebas a desaparecer de la habitación mientras los abuelos están haciendo cucamonas al bebé, te darás cuenta de que todo era mentira, tus padres te tienen muy visto, solo querían achuchar a su querido nieto y más aún si es el primero.

Si algún día eres padre o madre, vuelve a leer todo esto y comenta aquí debajo si no te han ocurrido todas estas cosas. Y permíteme que te de un consejo más: prepárate para las ojeras, los amigos virtuales y el miedo ante el golpe de responsabilidad. Ante todo, y cuando la situación se estabilice, busca la manera de tener tiempo para hacer lo que a ti te gusta y encuentra, junto a tu pareja, los huecos que quedan libres para poder hablar, para tener vuestro espacio de dos, para reconectar y para regar la relación que hicisteis crecer y de la que nació vuestro hijo. Ese vínculo es el árbol sobre el que todo se sostiene, aunque en ocasiones las hojas no dejen ver el tronco.