Ada Hegerberg renuncia a jugar el Mundial para denunciar la desigualdad en el fútbol femenino

La noruega Ada Hegerberg, Balón de Oro en 2018, no participará en el mundial porque asegura que las condiciones todavía son injustas para las mujeres

El año pasado, Ada Hegerberg ganó el Balón de Oro. Está considerada la mejor jugadora de fútbol del mundo, pero acaba de renunciar a participar en el Mundial, aunque su sueño era representar a su país, Noruega, en la competición más importante a la que puede aspirar una futbolista profesional. A diferencia de otros países, en Noruega, hombres y mujeres cobran lo mismo por participar en la selección de fútbol, pero a ella no le basta. "No es solo cuestión de dinero", dijo el viernes cuando anunció su decisión.

Se trata de las instalaciones, de la infrastructura, los alojamientos de los jugadores para los entrenamientos... todo un sistema que, en general, es más confortable para ellos que para ellas. Y Hederberg ha decidido dejar de formar parte de él porque este deporte es fundamental para su país y no quiere seguir alimentando la desigualdad. “El fútbol es el deporte más importante de Noruega para las niñas y lo ha sido durante años, pero las chicas no tienen las mismas oportunidades que los chicos”, escribió Hegerberg, la crack del Olympique de Lyon, de 23 años.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Hegerberg llevaba dos años avisando de que si no se igualaban las condiciones entre hombres y mujeres, el fútbol femenino iba a perder a su mejor jugadora que se pelea el título con la brasileña Marta. “Sé lo que quiero y conozco mis valores, por tanto, es fácil tomar decisiones difíciles cuando tú sabes cuáles son las ambiciones y cuáles son los valores que defiendes. Se trata de ser sincera contigo, ser tú misma”, explicó Hegerberg a la CNN el año pasado 2018.

Los fans de Ada todavía tendrán ocasión de verla brillar este año en la final de la Champions, que su equipo disputará contra el Barça, pero la futbolista vuelve a poner sobre la mesa un debate que está empezando a enquistarse en el mundo futbolero. Para las mujeres es igual de difícil y sacrificado que para los hombres formar parte del fútbol profesional. Sin embargo, no encuentran la forma de gozar de las mismas condiciones que ellos porque la lógica de mercado es muy difícil de superar. Aunque en los últimos meses hemos visto audiencias récord en partidos de fútbol femenino, todavía estamos muy lejos de igualar las cuotas.

La asistencia media a partidos de liga masculina supera con creces al de la femenina y su nivel de espectáculo todavía está lejos de ser equiparable. Los clubes y federaciones tienen que aumentar sus esfuerzos por llegar a la igualdad y garantizar a las chicas la oportunidad de dedicarse al fútbol con las mismas recompensas que sus compañeros. Sin embargo, no debemos olvidar que estamos hablando de una de las industrias más millonarias que existen, un espectáculo que mueve montañas de dinero equiparable a muy pocos sectores.

El público, hoy por hoy, está acostumbrado al fútbol masculino, lo que repercute en publicidad y contratos televisivos. Ojalá las mujeres vayan cada vez ganando terreno, pero pese a casos como Noruega, donde las niñas también sueñan con ser futbolistas, lamentablemente, todavía están muy lejos.