Los solteros están hartos de que los utilicen las parejas abiertas

Las relaciones abiertas parecen la solución a la monogamia, tan frustrante y tradicional. Pero buscando nuestro propio placer hemos descuidado el bienestar de estxs solterxs que estamos dejando entrar en nuestra vida

Estás solterx y tienes ganas de conocer gente nueva. La vía fácil es abrir Tinder. Quizá no buscas nada en concreto, simplemente tener una buena cita y, quién sabe, si surge, conseguir un rollete, una pareja o una amistad. En resumen, solo quieres encontrar a alguien disponible para ver hasta dónde podéis llegar. Pero cada vez es más difícil. Las apps se han convertido en un campo de minas de personas emparejadas. Y ya no son solo los típicos perfiles con fotos de dos personas que buscan el típico trío, también son perfiles individuales con descripciones como “relación abierta”, “no estoy solterx”, todos apuntando a lo mismo: las relaciones abiertas han invadido estas apps.

Por supuesto, a primera vista no hay nada malo. Nos hemos librado de la monogamia impuesta, hemos reevaluado lo que queremos de las relaciones y hemos aprendido que los modelos de tradicionales de amor no son los únicos válidos. “Qué libres nos sentimos […]. Liberados del yugo de la monogamia. Lo suficientemente maduros como para distinguir entre sexo y amor, entre lealtad y fidelidad e incluso entre erotismo íntimo y morbo anónimo. Un amor menos posesivo, más generoso […]. Honestidad a la hora de aceptar que el deseo no se agota con una sola persona. Nos sentimos héroes que derrocaron años de tradición que oprimían nuestras libidos y nuestra realización personal, y encontramos complicidad y romanticismo en nuestro modelo”, explica Mateo Sancho en yugo de la monogamia.

Pero claro, eso tiene su contraparte. Lxs solterxs que se ven metidos en estas relaciones: “me llegan historias de solteros hasta el moño de que les usen para el desahogo sexual y luego fin de la cita, de otros que aseguran que se han hartado de recibir amantes que les llegan con el pliego de condiciones para no violar el contrato personal e intransferible de su apertura [como el típico "no doy besos", "no puedo tener citas, solo sexo", "nada de ir a cenar juntos", "solo hablamos por Instagram, no por WhatsApp"], por no hablar de los que aprovechan para hacer terapia de pareja con el tercero o lo usan como mecanismo de compensación de todas las carencias de la pareja en cuestión”, reflexiona mientras se pregunta si “¿hemos saturado el mercado de relaciones abiertas?”.

Para muchos solterxs que compartían el artículo en redes, les daba la sensación de que muchas parejas con las que se habían topado habían abierto la relación para mantenerla unida y evitar una inevitable ruptura. Un proceso similar al típico “tener un hijo para salvar la relación”, una actitud que responde a mala gestión emocional. Es decir, buscar parches para intentar solucionar una relación que puede estar dañada de raíz y externalizar como si fuera una subcontrata todos aquellos aspectos que no te hacen feliz de tu pareja, ya sea sexuales o emocionales.

Otros comentarios hacían referencia a que, mientras que el poliamor se muestra como complicadísimo y la monogamia castradora, las relaciones abiertas se ven como un entremedio bastante sano y liberador. Pero hay toda una carga emocional de la que no se está hablando, la que se proyecta en los terceros, el usarlos muchísimas veces como cojín y colchón emocional, pero luego no darles la estabilidad de una relación.

Es, en definitiva, jugar a tener una relación con personas con las que nunca te comprometerás, muchas veces, incluso, creando la ilusión de algo más profundo, para acabar siempre volviendo a tu pareja y, si el/la tercerx haya desarrollado sentimientos, excusarte bajo el: “yo ya te dije que tenía una relación”, para poner el peso de la responsabilidad emocional en el/la otrx “porque ya estaba avisadx” y no en ti por haber sido ambigux emocionalmente.

Por otra parte, hubo aquellos que tacharon las declaraciones de Sancho de moralistas, asegurando que la inmadurez emocional se da en todo tipo de relaciones, incluida la soltería. Pero, como él mismo respondió en su Twitter, no quiere demonizar este tipo de relaciones, ya que él y su marido también han apostado por ella, simplemente quiere reflexionar sobre que “es un modelo con tantos problemas y contradicciones como los demás. Yo pensaba que innovábamos algo, pero nada de nada”.