Romper es como la desescalada: tiene 4 fases y no te puedes saltar ninguna

Quizá aparecen desordenadas e incluso puedes ver la recaída en alguna etapa. Lo importante es darte cuenta de que son parte de un proceso doloroso que en cada persona es diferente

Llevabais meses, años juntos. Os queríais mucho, pero la relación empezó a torcerse. Cada uno tenía proyectos y planes diferentes y, aunque por fuera todo parecía que estaba bien, por dentro las diferencias eran insalvables. Llegó ese día en el que lo dejasteis. Quizá fue una decisión conjunta, quizá uno de los dos tomó la iniciativa. Lo importante es que, sea cual sea el caso, llegó el momento que tanto tememos y que tanto duele. Final de la historia: ahora ya no estáis juntos.

Una ruptura puede ser muy difícil, dolorosa y confusa. Sentimientos de pérdida, luto y ansiedad se juntan en un cóctel emocional complicado de digerir, con altibajos de “ya estoy bien”, “no estoy bien”, “no lx necesito”, “quiero volver”. Para guiar a aquellxs que están en este laberinto de contradicciones sentimentales, la psicóloga Suzanne Lachmann ha hecho una guía con las etapas más típicas del duelo tras una ruptura, que “a veces suceden todas a la vez o desordenadas”, algo orientativo para entenderte mejor y poder pasar página lo antes posible.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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1. Buscar respuestas

Uno de los primeros síntomas de la ruptura es la necesidad de encontrar el por qué se rompió la relación. ¿Fue por algo que pudiste evitar? ¿Podrías haberlo previsto? Empiezas a repasar su actitud, su comportamiento, cosas que no te cuadraron en su día… Es muy habitual que, en esa búsqueda de respuestas hasta acabes intentando encontrar terceros culpables, como unx amante o amigxs que le hayan comido la cabeza, o stalkeando sus redes sociales para ver si te dejó "por otra persona". En resumen, estarte comiendo la cabeza constantemente, rememorando todo lo pasado para que el presente tenga un mínimo de sentido o para crear un futuro en el que te sientas más feliz. Lo malo es que a veces no hay respuesta y simplemente se acabó.

2. "Puedo mejorar"

Has puesto todo tu empeño en que esto funcione y… ¿se acabó? No lo aceptas. Te niegas a hacerlo y crees que, si cambias, volveréis. "Así, descarrilas temporalmente el proceso de duelo reemplazándolo con la esperanza irrealmente inflada de que la relación aún puede ser rescatada”, advierte la psicóloga. En esta fase harás lo que sea, cambiarás enterx si eso permite seguir con la relación… un planteamiento muy tóxico que hará que te cargues de culpa por haber acabado. “Estás colocando toda la carga de reparar, mantener y sostener la relación sobre ti mismx. Es como si la responsabilidad de que funcione esta vez fuera tuya y solo tuya. Haz todo lo posible durante esta fase para no perder de vista el hecho de que ambos participantes en la relación contribuisteis a su final. No puedes asumir la responsabilidad de todo”, aconseja Lachmann.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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3. Recaída

Si logras convencer a tu ex de volver, los problemas seguirán ahí. O los resolvéis o volveréis a romper, sin excepciones. “Y en pocos casos se resuelven”, advierte la experta, asegurando que volver con tu ex es un “alivio temporal al duelo y al sentimiento de vacío”, pero que debe trabajarse muy bien para que no acabe en desastre. Piénsatelo bien antes de escribir a tu ex.

4. El miedo y la ira

Al principio sientes miedo, te absorbe porque no sabes cómo va a ser tu vida a partir de ahora. Cuando ya te das cuenta de cómo va a ser tu vida, cuando ya has vivido solterx un tiempo, llega la ira. Recuerdas el sufrimiento, los malos momentos, te da rabia que te hayan dejado, y si fue una mala ruptura, tienes ganas de soltarlo todo y quedarte a gusto.

Es una sensación empoderadora, muchas veces, pero porque demuestra que ya no tienes miedo a estar solx y que no te culpas a ti mismx por la ruptura. Encima, estás coléricx porque crees que merecías más. Así que sí, es muy probable que sientas la ira después del miedo y la incertidumbre. Y aunque no es un sentimiento agradable ni sano, es temporal y es un paso más hacia el pasar página. Al final, llegará la aceptación y la esperanza de encontrar el bienestar sin esa persona. Y cuando sea así, tu ex formará ya de un pasado que no duele.

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