Cómo evitar convertirte en el muermo al que ya nadie quiere escuchar

Escuchar, hacer preguntas y aceptar que no a todo el mundo le interesa lo que cuentas es clave para darte cuenta si te estás volviendo un pesado

Todos queremos tener amigos, ser sociables, caer bien, gustar. ¿Quién querría ser el aburrido del grupo, de la familia o el trabajo? En principio, nadie. Tener la etiqueta de aburridx quiere decir que la gente no disfruta conversando con nosotros, que creen que no aportamos nada o, por el contrario, que solo hablamos de nosotrxs mismxs y frenamos las conversaciones interesantes y fluidas.

Es difícil darte cuenta de si estás siendo aburridx. Muchas veces hablamos de lo que nos apasiona, forzando una conversación sin darnos cuenta de que a los demás les puede aburrir soberanamente y que no quieren continuar tratando ese tema. Pero hay formas de darte cuenta antes de que sea demasiado tarde y te empiecen a ver como el peñazo del grupo. El portal sobre psicología Psychology Today da ocho consejos para evitarlo.

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1. Escucha a los demás cuando te hablan, pero de verdad. No pienses en ti mismx, no pienses en cómo redirigir la conversación a lo que quieres hablar. Escucha, interésate por lo que te están contando y charla sobre ese tema. A veces creemos que escuchar consiste en asentir y, a la mínima que podemos, mover la conversación hacia nuestros intereses o experiencias propias.

2. Cuando alguien te cuente algo que le encanta pero a ti te da igual, no cuesta nada fingir interés. Haz preguntas, que lo suelte todo. No hace falta que disfrutes de la conversación, puedes, simplemente, disfrutar de su entusiasmo hablando de algo que le llena de alegría.

Por ejemplo, si a tu pareja le apasionan los videojuegos, no tienes por qué creer que es un tema interesante. Pero si te cuenta algo, en cambio de estar afirmando con pasotismo mientras miras el móvil, distrayéndote con facilidad, mírale a los ojos, sonríele, hazle preguntas genéricas, y que se explaye. No cuesta nada hacer feliz a alguien. Además, siempre puedes aprender algo nuevo.

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3. Retomar conversaciones que tuviste en el pasado es una buena forma de hacer que tus amigos, rolletes o pareja quieran conversar contigo. Si alguien que estás conociendo te dice que al día siguiente hay un partido de fútbol muy importante, aunque a ti el deporte te la sude, preguntarle por ese tema después del partido hará que se sienta valoradx, querrá conversar contigo porque te preocupas por sus intereses.

4. Otra forma de mejorar tus habilidades sociales es tomar turnos. Cuando estés una tarde con tus amigos, no centres siempre la conversación en temas que te interesen. A veces es necesario no hablar durante un tema si no te gusta y dejar que los otros hablen. Por ejemplo, en un grupo de diez, quizá a siete les encanta la política y a los otros tres no. Pues en cambio de estar redirigiendo la conversación hacia otro lado, deja que hablen, que dialoguen. Tú puedes hablar con los otros o simplemente quedarte callado. No hace falta participar en todas las conversaciones.

5. “¿Muestras interés en un tema mutuo sin protagonizar la conversación?”, se pregunta el artículo. Por ejemplo, el último capítulo de Juego de Tronos. Quizá lo odias pero a tus amigos les encanta. La conversación no debería consistir en por qué lo odias y por qué tienes razón en decir que los guionistas no saben escribir. Deberías escuchar a los demás, dejarles explicarte por qué les gusta. Aunque les parezca interesante el tema, también tienen opiniones, no quieren pasarse todo el rato debatiendo solo la tuya.

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6. “¿Conoces ese tema que hace felices a tus amigos o familiares, del que les encanta hablar?”, se pregunta el artículo. Conocer los intereses de los que te rodean es vital para que te vean como unx conversadorx interesante.

7. No sueltes chapas: hay muchos indicadores sociales de que estás hablando demasiado, dando demasiados detalles. Es mejor contar historias vagas y que el otro profundice en el tema si le interesa, haciéndote preguntas. No es agradable que alguien monopolice la conversación. Dale aire a los demás, que escojan si quieren saber más, porque lo que te puede parecer súper-interesante igual es un terrible peñazo.

8. A veces es importante mostrarte vulnerable. Que tus historias no sean solo sobre tus experiencias guais, lo genial que eres, lo divertidas que son tus anécdotas. No, a veces es mejor explicar algo vulnerable y personal, alguna debilidad. Múestrate sincerx y preocupadx.