Vas a una primera cita, has conocido a esa persona por internet y es la primera vez que te encuentras con ella. Al llegar piensas “me la imaginaba diferente”, pero te permites un margen para ver si esos pensamientos y sensaciones mejoran. Ves que no te acaba de despertar eso que te gustaría, pero te da la sensación que la otra persona está emocionada y que le gustas. Al despediros se te acerca, te da un beso y no sabes decir que no, te propone otra cita y no le dices que no sientes lo mismo, te vuelve a dar un beso y lo aceptas otra vez. Al irte te sientes mal, no querías, no te gustaba, pero no has sabido poner en práctica la asertividad.
La comunicación asertiva es esencial para poder establecer relaciones sociales sanas. ¿Qué es la asertividad? La capacidad de las personas para relacionarse respetando los derechos de uno mismo y del otro, y para conseguirlo implica saber decir no.
Decir no es poner un límite, escuchar las propias necesidades, tener el control de uno mismo, afrontar el miedo al conflicto, gestionar las posibles manipulaciones, etc. por tanto, como más practiques la asertividad mayor será la seguridad que tendrás contigo mismo. Se trata de encontrar un equilibrio entre la pasividad y la agresividad. Hay muchos factores que pueden condicionarte al querer poner un límite o negarte a una determinada petición del otro. Mentalmente te pueden influir algunos de estos pensamientos:
- Sentirte culpable si no haces lo que te piden. Puedes sentir que eres mala persona si rechazaras al otro en una primera cita, que estás siendo egoísta, pero debes encontrar un equilibrio, respetarte a ti y al otro.
- Hacerte responsable del otro. Eso significa que te estás sobreimplicando, que cargas con la parte que corresponde al otro, debes diferenciar cuál es tu trabajo emocional y cuál es del otro.
- Darle un exceso de importancia al “qué pensará”, “qué dirá”, etc. El foco de atención debe estar en tus necesidades y no en cómo te puede ver el otro. No siempre podrás evitar el conflicto y caerle bien a todo el mundo, debes trabajar la confianza en ti mismo.
Ahora que ya sabes qué cogniciones te pueden estar bloqueando para poner límites, toca trabajar las estrategias para poner en práctica tu asertividad.
Lo primero que debes hacer es analizar las situaciones problemáticas en las que te cuesta decir no, en este caso se trata de que te plantees por qué en una cita, con alguien que estás conociendo te cuesta posicionarte: ¿qué emociones aparecen en ese momento? ¿qué te falta para que te lances y muestres tus necesidades?
Después de esta reflexión es bueno que tengas estrategias de comunicación concretas para ir practicando. ¡Recuerda tener en cuenta la comunicación no verbal! Si te sientes inseguro practica delante del espejo. Algunas de las técnicas son:
1.- La asertividad empática: se trata de ponerte primero en el lugar del otro y luego exponer tus necesidades para conseguir que el otro empatice contigo una vez tú le muestras que has empatizado con él o ella. Ejemplo: “Entiendo que te he gustado, pero de mi parte no me ha surgido la chispa, lo siento”
2.- El banco de niebla: esta estrategia te va a ayudar ante las conductas insistentes del otro, cuando ya hayas probado otras técnicas, pero la persona sigue presionando. Se trata de dar la razón al otro, pero manteniendo tu postura. Ejemplo: “Eres una persona encantadora y que el plan tiene muy buena pinta, pero no siento lo mismo”
3.- El aplazamiento asertivo: cuando te sientas sobrepasado y no puedes responder con seguridad en ese momento esta técnica es perfecta. Evitarás dar un sí y tendrás un margen para reflexionar y decidir. Ejemplo: “Debo irme ahora, luego te escribo y hablamos, gracias por este buen rato”
Llevar a la práctica todas estas estrategias no es fácil, al principio no te saldrá de forma espontánea pero como más te entrenes más te habituarás y conseguirás tener confianza y seguridad. Y recuerda que no tienes la obligación de nada, solo ser consecuente con aquello que sientes.
