Por qué a veces te sientes como una mierda después de echar un polvo

La sensación de vacío tras correrse se denomina disforía postcoital y la experimenta casi todo el mundo de forma puntual

Acabas de correrte. Un orgasmo apoteósico que ha rellenado por completo tu barrita de vida. Teóricamente deberías estar radiante de felicidad y experimentando esa armonía con el universo que trae consigo el buen sexo, pero en lugar de eso te sientes profundamente vacío/a. Ignoras la razón porque no tienes pensamientos negativos concretos. Solo una enorme tristeza y muchas ganas de quedarte solito/a para no tener que seguir aparentando estar de puta madre por mera cortesía. Esa sensación te durará minutos, horas o incluso días. Y es conocida científicamente como disforia postcoital.

https://i.pinimg.com/originals/db/52/1c/db521c540ef6e9496ee548938501c9a0.gif

Origen fisiológico

La inmensa mayoría de artículos sobre disforía postcoital que pueblan internet sitúan el origen de esta en la teoría de la amígdala desarrollada por Richard Friedman. Según propone el célebre psiquiatra, esta región del cerebro, encargada de regular nuestras emociones, permanecería inactiva durante nuestros orgasmo, impidiéndonos así experimentar tristeza o cualquier otra emoción. No obstante, y una vez desaparecido el subidón del orgasmo, se produciría un efecto rebote que traería de vuelta y con mayor intensidad todas esas emociones, dejándonos hechos un trapo.

Para la sexóloga Laura Morán, sin embargo, esta teoría no resulta aplicable a todas las experiencias de disforia postcoital. En sus propias palabras, "todos los humanos tenemos amígdala y no todos experimentamos esas malas sensaciones durante todas nuestras experiencias sexuales". Y aún en los casos en los que esta teoría fuese pertinente, "la excitación y el orgasmo solo estarían bloqueando de forma temporal las emociones negativas que ya sentíamos previamente, por lo que las verdaderas causas de esa sensación de vacío seguirían siendo principalmente emocionales y no neurológicas o fisiológicas".

https://thumbs.mic.com/NmE2ZDA0ZWNmNCMvRU9PN2FMOEdDNzltZzEtMFMxWklhMnM1RlQ4PS9maXQtaW4vNzYweDAvZmlsdGVyczpub191cHNjYWxlKCk6cXVhbGl0eSg4MCk6bm9fdXBzY2FsZSgpOmZvcm1hdChqcGVnKS9odHRwOi8vaW1hZ2VzLm1pYy5jb20veDhkOGYzbHp1b2hodWlocGRheHFpdWRvaWd6ZmR3cWl1bmE4YmwyZXR4Y3JxeWJkeHJvemh2aWhhOWlxcWJuZS5naWY.gif

Origen psicológico

La sexóloga cree, por tanto, que el orgasmo funcionaría "como cuando nos vamos de viaje con la intención de resolver una crisis personal o de pareja: lo único que hacemos es pausarla y esa crisis está ahí cuando volvemos, mirándonos mientras deshacemos la maleta". Pero, además de todas esas emociones pausadas que regresan a nuestra mente tras corrernos, la consecución misma del orgasmo podría traer consigo ese vacío precisamente porque para muchos el orgasmo conforma el objetivo último de sus vidas, y es normal que la mente se pregunte durante un breve periodo: ¿y ahora qué?

Pero si algo tiene claro esta especialista es que la disforía postcoital funciona más como síntoma que como problema autónomo: "Podríamos compararlo con la fiebre. Puedes tenerla por una gripe, por unas paperas o por una insolación. El síntoma es el mismo, pero las causas no". De todas formas, y si tuviera que hacer una apuesta, Morán cree que la mayoría de episodios de disforía postcoital tendrían a la educación sexual como principal responsable. "Mi consulta está llena de personas que no pueden disfrutar de su sexualidad por estar llenos de prejuicios, ideas erróneas, ideas confusas y muchos miedos", asegura.

http://dazedimg.dazedgroup.netdna-cdn.com/900/azure/dazed-prod/1170/7/1177801.gif

En el caso de los hombres, cuenta la experta, "la presión por dar la talla y satisfacer a su pareja sexual podría hacer que realizaran una evaluación negativa de la relación sexual que se tradujese luego en la aparición de emociones negativas". Y en el caso de las mujeres, "educadas para tener relaciones sexuales desde el amor, el sentimiento de vacío podría explicarse desde su propia evaluación de esos aspectos románticos presentes o no durante la relación sexual, así como la inseguridad acerca de su aspecto físico o el tener que fingir el orgasmo", sostiene la sexóloga.

Por otro lado, y según añade Morán, "las expectativas también podrían jugar un papel muy importante. Si nos hacemos castillos en el aire acerca del sexo y luego estas expectativas no se ven cumplidas pueden surgir sensaciones de frustración o decepción que podrían interpretarse como ese vacío o tristeza llamado disforía postcoital". El abuso de la pornografía, tan poco representativa del sexo real, y de nuevo esa falta de educación sexual sobre la que tanto hincapié hace la sexóloga, serían dos grandes culpables de que el sexo real sea muy diferente de cómo nuestra mente lo imagina.

http://www.wearohwhere.com/wp-content/uploads/2018/05/Sex.gif

Tú versus la disforía postcoital

Hay unanimidad entre los psicólogos: la obsesión contemporánea por la felicidad, esa huída constante de los sentimientos desagradables, nos está haciendo más infelices. Y la especialista no es una excepción. "Vivimos bajo la tiranía de la felicidad. Todo tiene que salir bien, cuando queremos y como queremos. Estamos perdiendo nuestra capacidad para frustrarnos y para entristecernos. Pixar lo demostró muy bien con su película Inside Out: la tristeza también es necesaria", apunta esta psicóloga.

Así que la próxima vez que folles y te sientas como una mierda, utilízalo para descubrir qué esta pasando en lugar de intentar esquivar esas malas sensaciones mirando hacia otro lado. Como dice Morán, "quizás descubras que ese polvo no ha estado tan bien, que la persona con la que acabas de tener sexo no te gustaba realmente o que, aunque fue un polvazo, sigues sin encontrar un trabajo dos años después". Las razones de cada disforía postcoital son únicas, así que deja de buscar en artículos como este las respuestas que solo tú tienes en tu cabeza.