Por qué dejé de masturbarme viendo porno (y tú también deberías hacerlo)

Dejé de masturbarme viendo porno porque me provocaba una habituación que disminuía la capacidad de mi cerebro para crear mis propias fantasías sexuales.

El papel higiénico a la izquierda. Los pantalones y calzoncillos por los tobillos. Y una cantidad abrumadora de pestañas de incógnito abiertas en el navegador. Lo confieso: hasta hace tan solo unos meses fui un consumidor diario de pornografía. Masturbarme viendo vídeos pornografía de alguna web gratuita de internet formaba tan parte de mis quehaceres cotidianos como prepararme la cena o cepillarme los dientes. Sin embargo, un inesperado problema terminó por estallar: cada día me resultaba más y más difícil excitarme. Esto me llevó a explorar otras categorías sexuales en busca de nuevas fantasías que estimularan mi anestesiado cerebro, pero finalmente todo acabó por aburrirme. Era una masturbación mecánica y vacía.

Le pregunto a Ana Lombardía, sexóloga y educadora sexual, si aquello que yo sufrí fue algo excepcional o forma parte de un fenómeno que sufren muchas más personas. Su respuesta no deja lugar a dudas: "El porno te ofrece imágenes muy directas y muy potentes a nivel estimular. De hecho ,hay páginas que te permiten activar la opción multipantalla para poder estar viendo varios vídeos a la vez. La gente se masturba pasando de una imagen a otro y repitiendo aquellas imágenes que más les gusta creando una Ana Lombardía. Al final, lo que provoca que tarde o temprano la mente pierda la capacidad de fabricar sus propias fantasías sexuales".

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O en otras palabras: masturbarme viendo tantísimo porno había convertido mi antaño creativo y maravilloso mundo sexual interior en un páramo desolado. Y, aunque yo aún no conocía las razones exactas, la intuición me había llevado a abandonar las páginas porno una temporada. Es lo que Lombardía llama ‘desintoxicación’ o ‘deshabituación’. Y, por suerte y según me cuenta esta terapeuta sexual, suele ser bastante eficaz: "Mi experiencia en consulta ha sido bastante positiva. He trabajado con bastantes hombres que han sufrido esa habituación y, por lo general, con dejar de usar porno para masturbarse unas semanas se comienza a recuperar la sensibilidad a los estímulos sexuales y la habilidad de fantasear".

El hecho de que haya mencionado "hombres" y no personas me lleva a preguntarle por una idea bastante generalizada: ¿se masturban viendo porno más los hombres que las mujeres? "No sabría decirte cuáles son las estadísticas. Hace unos años sí, pero a día de hoy también es muy frecuente que las mujeres utilicen pornografía para masturbarse. La diferencia es que las mujeres suelen buscar otro tipo de contenido: porno menos convencional, con elementos más eróticos que pornográficos, con escenas quizá no tan directas", explica la especialista. La dificultad para alcanzar una respuesta válida viene dada también por ese lamentable tabú que pesa sobre la sexualidad femenina y que hace que muchas mujeres escondan el hecho de que ven porno.

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Mujer u hombre, masturbarse a menudo con contenido pornográfico puede afectar seriamente a nuestras relaciones sexuales. Lo explica Lombardía en profundidad: "El porno ofrece una visión ficcionada de la sexualidad. Es una película como cualquier otra película de Hollywood. Y en líneas generales, salvo nuevas formas de porno que comienzan a aparecer afortunadamente, el porno convencional ofrece una imagen de la sexualidad en la que la mujer tiene un papel bastante más pasivo, muy complaciente hacia el hombre y en el que todo va muy rápido, con muchas imágenes muy explícitas y muy directas que no tienen nada que ver con el sexo real. Eso genera muchas frustraciones porque, claro, resulta que no es cómo esperabas que sería".

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Llegados a este punto, decido hacerle a Lombardía, quien además es psicóloga especializada en sexualidad y afectividad, la pregunta que todos nos formulamos cuando hablamos sobre pornografía: ¿debería entonces dejar de consumirla de forma radical y para siempre? "No, pero recomiendo su uso con mucha moderación, como el alcohol. El porno, y especialmente el porno bien hecho, tiene un montón de beneficios: estimula nuestra sexualidad, nos aporta una nota diferente, nos abre a otras modalidades sexuales... La clave está en que nunca se convierta en la única manera que tienes de excitarte. El porno debe ser un complemento, no el eje alrededor del que gire tu vida, incluida tu masturbación". Más claro, imposible.