Por qué hay domingos en los que te sientes el ser más despreciable del mundo

La perspectiva de una nueva semana trae consigo a veces una mezcla de pena y ansiedad conocida como Sunday Blues

Buena parte de los domingos suelen ser, de por sí, bastante jodidos. Traen consigo resacones que mutan tu organismo en un completo deshecho biológico abonado al sofá y al paso de las horas. Pero a veces los domingos aparecen con otro compañero de la mano todavía más indeseado: un sentimiento combinado de tristeza y ansiedad cuyo origen eres incapaz de detectar. Y, por mucho que intentes quitártela de encima, esa mezcla fatal continúa ahí, convirtiendo tu domingo en un desastre. Una experiencia tan extendida que la psicología ha decidido ponerle nombre: Sunday Blues, la minidepresión del último día de la semana.

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¿Qué hace esta tristeza en mi domingo?

Casi todo el mundo detesta el domingo. Un hecho que debería sorprendernos si tenemos en cuenta que, en la práctica, es el único día de la semana de verdadero descanso. Pero para Gerardo Castaño, psicólogo humanista de Madrid, esta es precisamente la raíz del Sunday Blues. "Trabajamos de lunes a viernes y el sábado solemos hacer planes. El domingo, sin embargo, trae espacio para pensar y sentir todo lo que no hemos podido pensar ni sentir durante el resto de la semana. Y eso suele ser, anímicamente hablando, bastante molesto", explica el especialista.

Y suele serlo, según Gerardo, porque "por lo general las emociones que intentamos evitar durante toda la semana son emociones como la tristeza, la rabia o la vergüenza y recibirlas todas de golpe el domingo es difícil de digerir". Pero es que además de procesar ese pasado reciente, añade el psicoterapeuta, vivimos el domingo anticipándonos a todo eso que la semana que empieza en unas horas amenaza con traernos: compromisos, tareas de la universidad, retos laborales... "En lugar de disfrutar del descanso nos atrapa la ansiedad. Y eso nos hace sentirnos fatal", apunta Gerardo.

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Pero también existen, como cuenta el propio psicólogo, otros posibles condicionantes que podrían potenciar estas malas sensaciones: "Muchos domingos torcidos responden a causas circunstanciales como la resaca, eventos especialmente estresantes aguardando el lunes, malas noticias experimentadas durante el fin de semana como que la persona que te gusta se haya liado con otra persona o remordimiento por algo que hiciste durante el finde". De hecho, existe una variante más dura del Sunday Blues conocida como Dark Sunday, cuando la culpa entra también a formar parte de la ecuación.

¿Cuándo deberías preocuparte?

Gerardo lo tiene muy claro: "Lo normativo es sentir algo de pereza al pensar que al día siguiente tienes que volver al trabajo, pero esto debería ser solo una nube pasajera. Si te ocurre de forma sistemática, sin que haya eventos circunstanciales como los mencionados antes de por medio, y te pasas todos los domingos criticándote o arrepintiéndote de todas esas cosas que no haces para poner tu vida en orden, entonces es insano. Significa que algo está ocurriendo dentro de ti. Y es muy probable que se trate de una cuestión de gestión emocional".

De hecho, y según sus propias palabras, "muchos pacientes deciden acudir a consulta tras darse cuenta de fenómenos como este. Empiezan preguntándose por qué durante las vacaciones sin viajes o durante esos días que tienen libres es justo cuando se sienten más hundidos. '¿Qué pasa conmigo que en lugar de disfrutar el tiempo libre estoy peor que nunca?'. Experiencias como esta te aportan información sobre que algo no está yendo bien". O en otras palabras: es normal experimentar algún Sunday Blues puntualmente pero vivirlos cada domingo o cada momento que echas el freno no.

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De todas formas, Gerardo cree que la presencia del Sunday Blues en nuestras vidas responde también a la escasa educación en inteligencia emocional que hemos recibido desde pequeños: "La forma occidental de gestionar las emociones no es sana. Y los trabajos son, por lo general, imposiciones desagradables que nos vemos forzados a llevar a cabo, lejos de la utópica vocación que nos realiza como personas. Pero hay que entender que, al margen del modelo social, el ser humano tiene tendencia a evitar relacionarse con las emociones que le disgustan".

¿Cómo debería encarar mi Sunday Blues?

Según el experto, "debes tomarte un tiempo para respirar profundamente e intentar poner en perspectiva esa amalgama de sentimientos tan confusa, tratando de aparcar los pensamientos que vienen asociados. Localiza cómo te sientes exactamente y permítete sentirlo. Puede ser triste, cabreado o avergonzado por ejemplo. Pues deja salir esa lágrima, siente esa rabia recorriéndote o ruborízate al pensar en esa tontada que hiciste la noche anterior. Es mucho mejor dejar que esa emoción fluya y deje de incordiarte pidiendo salir a gritos que anestesiarte viendo Netflix todo el domingo".